Nadie sabe cómo y porqué Scaloni está ahí. No tiene antecedentes que lo avalen, no fue un jugador de renombre que su sola figura despierte adhesión. Parece ser la figura del hombre que estaba justo en el momento justo. Parece poco para semejante cargo.

Y si fueran pocos los desaciertos en el manejo de grupo, la táctica o el posicionamiento de los jugadores, sus declaraciones no lo dejan mejor parado.

La charla con sus jugadores

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