¡Qué gran noche se vivió el miércoles en el Monumental! Después de vivir tantas pálidas y hacerse malasangre por derrotas que mancharon nuestra rica historia, hoy los millones de riverplatenses en el país y en el mundo nos sentimos representados e identificados por este River. En el equipo de Gallardo no hay titulares ni suplentes. Todos juegan, presionan y se arriesgan. En definitiva, todos se lucen.

En la cálida noche de Núñez, vimos a un equipo que, jugando a media máquina, arrolló al rival. Es verdad que tuvo al resultado de la ida y al hombre de más como cómplices, pero River jugó y dominó como lo viene haciendo a lo largo del ciclo. Lo que queremos decir es que sin esas condiciones favorables, la ecuación no hubiese cambiado. Las formas y las maneras no se negocian para este equipo, que cada día es mejor y más completo.

Precisamente, en esta última observación se basa la verdadera victoria del miércoles. En otras épocas, quizás, estos partidos eran los que más nos costaban. Pero hoy, gracias al trabajo sobre una idea y la convicción que tiene cada integrante del equipo sobre ella, River se puede dar el lujo de terminar un partido de un torneo continental con ¡siete! jugadores surgidos de las divisiones inferiores.

¿Qué cosa más disfruta un hincha de River que ganar, gustar y golear? Que la “triple G” sea llevada a cabo por los pibes del club. Realmente dio gusto ver los últimos minutos del encuentro. Martínez, Driussi, Solari, Boyé y compañía tirando tacos y paredes, acompañados por le 'ooole, oooolee' de la gente, disfrutando de ser auténticos privilegiados por jugar en este equipo. Y toda esa satisfacción culminó con el gol de Gio Simeone, para que el Monumental entero se rompa las manos aplaudiendo.

Merecida ovación para los chicos, y en especial para el 'Muñeco' Gallardo, quien potenció a este plantel hasta lugares impensados en el arranque del semestre y hace que sus jugadores enaltezcan los 113 años de gloria que tiene la institución cada vez que saltan al verde césped.

La ilusión y la expectativa crecen en cada partido. Como dice el dicho, con este equipo vamos a la guerra y le hacemos frente a cualquiera. El sueño es uno y la ansiedad está por que lleguen las fiestas de fin de año para poder brindar con dos nuevas copas que brillen en nuestras colmadas vitrinas.