River: De las manos de 'Chichi'...
Resulta extraño. Tras mucho tiempo ausente sin aviso, finalmente nuestro angelito de la guardia apareció. Los tiros que antes eran palo, gol y amargura posterior, ahora son palo, respiro y tranquilidad posterior. A esto le agregamos un bonus track nada menor: nuestro arquerito suplente entra por el lesionado titular y es figura. "San Chichizola" nos salvó las papas en los momentos más calientes del partido y, a su vez, en el tramo definitorio del campeonato. ¿Será un guiño del destino?
Si ayer perdíamos, llovían las criticas, reaparecían todas las dudas y volvíamos a empezar de cero. Afortunadamente para el equipo de Ramón, rescatamos el empate que fuimos a buscar –por más desagradable que suene– y seguimos a un punto del líder. Por lo tanto, a falta de cinco fechas, nuestra ilusión sigue latente.
Como mencionamos, River hizo un partido "amarrete", donde por momentos especuló demasiado. Fuimos superados a lo largo del partido, salvo en un breve lapso en el segundo tiempo donde realmente parecimos ese equipo con convicción de ser campeón.
Nos seguimos lamentando por las chances que desperdició Cavenaghi. ¡¿Porqué no levantaste la cabeza, 'Torito'?! Su falta de confianza está más que clara. Es un hombre que vive del gol, y si este no llega, desespera. Consecuentemente, ese factor afecta todo su juego: falla pases, pierde pelotas y elige mal sus alternativas. Como ocurre naturalmente, cuando la pelota entre, el panorama cambiará 180º.
Este empate que no suma ni resta, será rentable sólo si el domingo le ganamos a Vélez. Esta es la cruda realidad. El 'Millo' no le escapa a la mediocridad y la irregularidad del torneo. Por eso, su rendimiento varía partido a partido. Pasamos de encuentros donde somos claramente superiores al rival a otros donde nos conformamos con el cero, como ocurrió este miércoles.
Y muchachos, para ser campeón deberemos revisar nuestro juego y nuestra actitud cuando salimos del Monumental. ¡Hay que ganar de visitante! No queda otra. Una sola vez en el campeonato nos trajimos los tres puntos fuera de Núñez –no hace falta recordar cual–. Así, se vuelve muy difícil.