Rafael Nadal y Roger Federer, otra vez, cara a cara en la final del Abierto de Australia
Los tenistas se enfrentarán por primera vez, en casi seis años, en una final de Grand Slam. Será este domingo por la noche en la ciudad de Melbourne.
Conforme Roger Federer y Rafael Nadal ganaban un partido tras otro en el Abierto de Australia, en sus improbables avances desde extremos opuestos del cuadro, los aficionados al tenis no podían evitar pensar en la final.
¿Podrían los viejos rivales, casi seis años después de su último encuentro en una final de Grand Slam, enfrentarse en un nuevo duelo para la historia en Melbourne?
Federer y Nadal tuvieron que superar partidos épicos de cinco sets en las semifinales, pero no decepcionaron. Y ahora, la final soñada por los aficionados cuando los favoritos Andy Murray y Novak Djokovic fueron eliminados en la primera semana se hará realidad el domingo por la noche en el estadio Rod Laver.
Lo que está en juego va más allá que Federer-Nadal XXXV, o incluso que el título del Abierto deAustralia. También hay una cuestión histórica: si gana Federer, conseguirá su 18vo trofeo de un Grand Slam, ampliando su récord y dejando atrás a sus rivales. Si Nadal gana su 15to, superará a Pete Sampras y se hará con el segundo puesto en solitario de la lista histórica, un paso más cerca de los 17 de Federer.
"El contexto histórico de ese partido, tanto si se convierte en 17-15 antes del Roland Garros o en 18-14, es una diferencia enorme en la marcha histórica para los dos", comentó en Melbourne esta semana el excampeón del Abierto de Estados Unidos Andy Roddick.
"En el plano histórico, ese podría ser el partido más importante en la historia del Abierto de Australia, y quizá de la historia del Gran Slam. Lo que está en juego va más allá de lo que casi cualquier jugador puede comprender".
A los jugadores no se les escapa la magnitud del momento.
"Definitivamente Rafa me presentó el mayor desafío en el juego", comentó Federer tras ganar su semifinal contra el campeón del Abierto de Estados Unidos, Stan Wawrinka. "Me alegra que hayamos tenido algunas batallas épicas, épicas a lo largo de los años, y por supuesto sería irreal jugar aquí".
Nadal dijo que ninguno de los dos podría haberse imaginado que llegaría a la final del primer Gran Slam del año tras regresar de sendas lesiones en 2016 -la rodilla en el caso de Federer, la muñeca en el de Nadal-. Los dos se tomaron tiempo para descansar la temporada pasada y tuvieron partidos difíciles en Melbourne porque partían con una mala clasificación.
"Para mí, es un privilegio", dijo Nadal. "Es algo muy, muy especial para los dos estar de nuevo en la final de un major, tener otra oportunidad de competir entre nosotros tras un par de años con algunos problemas".
Nadal supera a Federer en sus enfrentamientos directos, con un registro de 23-11 en total, y ha ganado nueve de sus 11 partidos en torneos del Grand Slam.
Pero a Federer le gusta la perspectiva en la pista dura del Abierto de Australia de este año. Cree que el juego es más rápido que en ediciones anteriores, lo que es más favorable a su juego que al de Nadal.
Gane quien gane, es seguro que el partido será memorable. Es probable que una multitud acuda a Melbourne Park, donde los organizadores decidieron abrir el estadio Margaret Court de 7,500 asientos para los que quieran seguir el encuentro por una pantalla gigante.
"Sé que dos de los mejores jugadores de tenis van a enfrentarse el domingo", dijo Grigor Dimitrov, tras el partido de casi cinco horas que perdió ante Nadal en semifinales. "Y va a ser un partido increíble".
Nota ''elnuevodía.com''