Quilmes le ganó en el final a Temperley en un duelo clave por el descenso
Quilmes venció esta noche de local a Temperley 1-0 en un partido opaco, que parecía encaminarse a un empate en cero, pero se destrabó a ocho minutos del final cuando Gabriel Ramírez capitalizó un grosero error de Gastón Bojanich.
Hasta ese instante ninguno había hecho méritos para llevarse la victoria y le habían dado vida a un partido de escaso nivel técnico. Pero, en una de las pocas ocasiones que se le presentó a lo largo de 90 minutos soporíferos, el 'Cervecero' no perdonó y se llevó tres puntos vitales en la lucha por permanecer en Primera división que le dan tranquilidad antes del paréntesis veraniego.
Temperley, que hasta el gol había sido un poquito más, mereció llevarse al menos un punto, pero pagó cara la desconcentración de uno de sus defensores y cada vez ve más complicado su futuro.
Poco y nada se vio en los primeros 45 minutos, en los que ambos dejaron bien en claro los motivos que los han llevado a los últimos lugares de la tabla de posiciones como también a la de los promedios del descenso.
Fue levemente superior Temperley, que fue el único que inquietó el arco rival. Lo hizo con un cabezazo de Gonzalo Ríos que atajó César Rigamonti a los 3 minutos y con un desborde de Adrián Arregui por derecha cuyo centro no encontró destinatario.
No cambió el panorama en la parte complementaria. A un error le seguía otro. Ninguno de los dos podía dar tres pases seguidos. Por eso parecía que el partido se cerraba en blanco, pero a los 37, se equivocó feo Bojanich y Ramírez, cuyo mérito fue seguir la jugada aunque la pelota parecía perdida, fusiló al arquero Matías Ibáñez para decretar la victoria de Quilmes.
Y fue victoria de Quilmes 1-0, que en el cierre se despertó y generó un par de chances para aumentar. Temperley sintió el golpe y poco pudo hacer para arribar a un empate que mereció, pero no consiguió por un error grosero que lo privó de un punto que necesitaba como el agua.