Por la cabeza de Alario y las manos de Barovero, River ganó y jugará la final del Mundial
Ante casi 15 mil hinchas, el Millonario derrotó al campeón de Japón por 1 a 0 y avanzó a la gran final, donde sueña enfrentar a Messi y compañía. El equipo de Gallardo pudo destrabar un partido durísimo por el gol de Alario a los 27 minutos, luego de que Barovero había sido la figura en el primer tiempo.
Por la semifinal del mundial de clubes, en el estadio Nagai de la ciudad de Osaka -ante unos 15.000 hinchas argentinos-, River derrotó 1 a 0 a Sanfrecce Hiroshima de Japón, por el gol de Alario de cabeza a los 27 del segundo tiempo-.
Por el tipo de los goles importantes, y por las manos de Barovero, que en el primer dijo presente con tres tapadas clave.
Así, el Millonario clasificó a la final, ante Barcelona de España o el Guangzhou chino -se miden el jueves-, que se jugará el domingo desde las 7.30 de nuestro país.
Cómo no pensar en un eventual cruce con Barcelona. Cómo no complicarse ante un rival no tan sencillo, este Sanfrecce Hiroshima -actual campeón del fútbol japonés-, que defendió bien cerca de su área en los primeros minutos pero que luego mostró toda su peligrosidad.
El equipo de Gallardo no tuvo conducción en los últimos metros y su dominio territorial y de pelota se diluyó luego de los primeros quince minutos de juego. Desconectado Pisculichi y poco participativo Mora, River no tuvo peso.
Y en cambio sufrió, a la espalda de Balanta -como desde que se fue Funes Mori-, y su falta de coordinación con Maidana; y porque los medios no tapaban a los lanzadores al momento del contragolpe nipón.
Allí apareció Barovero por tres, para desconcierto de los 15 mil hinchas de River que tapizaron el estadio de Osaka, que atinaron a cantar para despertar a un equipo que casi se hunde en su propio bache.
En el entretiempo, tal reconoció luego del partido el héroe, Lucas Alario, River ajustó la salida y cubrió los espacios donde Sanfrecce ganaba la segunda jugada. Gallardo arriesgó con el cambio de Lucho González por Ponzio -y luego con Viudez por Pisculichi-, y su equipo encontró algo de volumen de juego.
Y River volvió a presionar. Con más prolijidad y peso que en aquellos minutos del primer tiempo, así llegó a los 2 minutos la inmejorable chance que perdió Mora.
Lucho se paró delante de Kranevitter, jugó e hizo jugar. Viudez a un costado de Alario y el Flaco -con los uruguayos a cada lado-, ya no tuvo que salir del área. Pelota recuperada, apertura, centro y... Nada.
Hasta que llegó de pelota parada, a los 27 minutos, la jugada que ya es historia, el gol de Alario. Centro de Viudez, mala salida del arquero Hayashi ante la carga de Maidana y la presencia goleadora del 'Pipa' para poner el parietal izquierdo y mandar la pelota al arco.
En los últimos 15 minutos, River se adueñó de la pelota y construyó la mejor jugada colectiva que volvió a concluir en los pies de un impreciso Mora.
Claro, sufrió en dos pelotas que llegaron al área, y en otra salida del fondo de Balanta con presión fallida que dejó un hueco que tapó Barovero.
Pitazo final y puños apretados. Pitazo final y susurro de tarea cumplida. Entre dientes, entre resoplidos y suspiros y transpiración. River sufrió -¿sabía que iba a ser así?-, lo que viene es lindísimo, ya lo dijo Gallardo.
Síntesis
Lo que viene
A River lo espera la final el domingo, la gran final seguramente ante Barcelona. Muchos sueñan con la foto de hace 29 años, Alonso y Gallego levantando la Copa Intercontinental de 1986.
Pero esto es el Mundial de Clubes, nunca un equipo argentino pudo ganar este trofeo, ni Boca ni el Pincha ni San Lorenzo.
River la tiene más difícil aún, enfrentará al mejor equipo del mundo con el mejor de todos, un tal Lionel Messi.
Será un partido para disfrutar. Hoy ya pasó, River ya no tiene más para perder. "Lo que viene es lindísimo", dijo Gallardo. El sabe, primero hay que saber sufrir.