No huele mal, ni irrita los ojos, ni afectó el normal desempeño de los clavadistas. Los atletas no se quejan, se sorprenden. Y las autoridades comprobaron que no representa un riesgo.

Pero es rara la apariencia de la piscina olímpica donde se desarrolla el torneo de saltos sincronizados femenino de plataforma; y más aún si se contrasta con el azul estándar de la piscina contigua, donde se disputa el polo acuático.

Explicación oficial

Mario Andrada, vocero del comité organizador, explicó: "No sabemos exactamente qué pasó. Medimos todos los días el agua con los mismos parámetros y los resultados fueron idénticos que con una piscina azul". Y advirtió: "La tonalidad vino de algas bajo un sol intenso y cero viento".

En un comunicado difundido a las delegaciones participantes, la organización aseguró que "no se encontró riesgo para la salud de los atletas".

Palabras de deportistas

"Los químicos pueden cambiar el color del agua, no nos preocupó. Llevo lentes de contacto, hubiera sentido algo raro", dijo la estadounidense Jessica Parrato.

La china Chen Ruolin, quien sumó su tercer oro en la disciplina, no mostró reparos respecto del color. "No nos afectó de ninguna manera", afirmó, junto con su compañera Liu Huxia.

La misma prueba masculina se realizó el lunes. El británico Tom Daley, medallista de bronce, publicó en Twitter una foto mostrando el contraste con la leyenda: "Emmm… ¿qué pasó?".

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"Cada vez se puso más verde, pero nada. Se nos hizo raro, chistoso, pero no influyó", dijo Alejandra Orozco, mexicana medalla de plata en Londres 2012.

Antes de los Juegos, las autoridades de Río de Janeiro, fracasó en su intento de limpiar su Bahía de Guanabara, considerada una letrina natural, donde se realizan las competencias de vela. 

Esto parece no tener nada que ver.