Por un descuido, la terna arbitral y el arquero de Estudiantes, Hilario Navarro, habían salido al campo de juego con un color de camiseta muy similar.

Para que no haya confusiones le pidieron al arquero que se ponga una pechera de otro color. Como no se le veía el número, primero le pegaron una cinta de pintor a modo de número 1.

Ya en el segundo tiempo, los vestuaristas le consiguieron un buzo de arquero, pero como no tenía número, se lo hicieron nuevamente con cinta, en este caso, la de tipo aisladora.

Lo curioso fue que a diferencia del primer tiempo, esta vez le mandaron el número 12.

El partido de Racing y Estudiantes terminó 1-1 y dejó poco desde lo futbolísitico. Los números desdibujados de Hilario, reflejaron lo aburrido del encuentro.