Vale decir que la procesión arrancó cerca del mediodía (horario argentino) y recorrió unos 30 kilómetros, pasando incluso por la casa donde nació el mítico boxeador. Una veintena de limusinas que transportaban a los hijos y los nietos del exboxeador, así como a las personalidades que llevarán su féretro: el actor Will Smith y los excampeones del mundo de los pesos pesados Lennox Lewis y Mike Tyson.

Algunos de las personas que acompañaban el cortejo fúnebre llevaban pancartas o flores, otros coreaban el nombre del tres veces campeón mundial de los pesos pesados, que murió la semana pasada a los 74 años luego de una larga lucha contra la enfermedad de Parkinson.

Ali fue uno de los pocos que logró trascender la barrera del deporte para convertir en un fenómeno social, generando amores y odios también. Cambió su nombre original, Cassius Clay, por Muhammad Ali ya que consideraba que no era un esclavo, sino un hombre libre. De la misma forma, se convirtió en un creyente del Islam, algo que generó mucha controversia en la época en la que vivió. No obstante, lo que más rechazo y polémica generó en su vida fue la firme decisión de rechazar unirse al ejercito de Estados Unidos para combatir en la guerra de Vietnam.

Los organizadores del funeral habían entregado unas 15.000 entradas gratis de acuerdo a la voluntad de Ali, que se agotaron en una hora. Desde el anuncio de su muerte, la pequeña casa donde creció el boxeador en el oeste de la ciudad se convirtió en un lugar de peregrinación.

Un par de guantes de boxeo rojos cuelgan delante de la placa de la vivienda pintada de color rosa, además de flores, fotos y muñecos de peluche. Muchos seguidores escribieron mensajes en carteles dándole las gracias al destacado atleta, quien al terminar su carrera siguió comprometido con temas políticos y sociales.