Willis Meehan era el absoluto dominador del combate en Auckland y lo sufría en carne propia a Leamy Lakopo Tato, quien ya no encontraba manera de cubrirse de los golpes. Pero el único que no se daba cuenta era el juez de la pelea. Tras una serie de golpes que dejaron sin reacción a su rival, frenó los golpes, le recriminó al juez porque no detenía la pelea y abrazó a su compatriota, a modo de contención.