Llegó a la Selección de Basile en el '91 y después dejó el fútbol
Un perro verde, un rara avis. Cuando cientos de miles de pibes sueñan con llegar a Primera y luego jugar en la selección este caso es distinto: una vez que lo logró, abandonó todo.
Jugó en Gimnasia, Banfield y Talleres, y por sus buenas actuaciones Basile lo llamó a la selección. Rolando Mannarino, a los 50 años, recuerda como fue que una vez que llegó a lo que todo jugador sueña, decidió bajarse del mundo del fútbol.
Codiciado por los grandes del fútbol local, se hizo Testigo de Jehová y su vida cambió.