El caso de Aeris Houlihan hizo estallar la polémica, no sólo en Inglaterra, sino en todo el mundo, sobre cómo se resuelve la situación de personas que cambiaron de sexo y que desean practicar deportes profesionales.

A pesar de que la transexual tiene el pasaporte femenino y su condición social es de mujer, la FA inglesa tuvo en cuenta los aspectos físicos que claramente diferencian a un hombre de una mujer, más allá de la cuestión genital.

Houlian tiene 32 años y en 2012 decidió operarse para ser transexual, ya que no se sentía cómoda con su cuerpo. Tiempo después, entró a jugar al fútbol en el Middleton Park Ladies FC, donde se adaptó rápido al grupo sin ningún tipo de inconveniente.

Pero el problema surgió cuando el club quiso inscribirla oficialmente en su plantilla. La FA inglesa lo prohibió porque no pasaron dos años de su operación, medida que se impuso oficialmente en el reglamento ante este tipo de casos.

De esta manera sale a la luz un aspecto que quizás nunca fue tenido en cuenta y que es de suma importancia. Teniendo en cuenta las diferencias físicas entre la fuerza y resistencia de un hombre y una mujer, ¿En qué categoría entrarían aquellas personas que cambiaron de género?.