Enfrentadas, las dos imágenes son elocuentes y dejan a la vista la comunión que existe entre Marcelo Bielsa y sus jugadores, y el rol que le otorgan los de la selección brasileña a Dorival Jr, el entrenador reemplazante de Fernando Diniz.

Es que mientras los celestes escuchan atentamente las indicaciones y el armado de la lista de los ejecutantes en la tanda de penales que definió el pase a las semifinales de la Copa América, por el otro el papel del técnico brasileño es exactamente lo contrario.

Fuera de la ronda, levantando un dedo para poder hablar -y aun así siendo ignorado- está claro que Dorival Jr nunca pudo ponerse al frente del Scratch.