Isco conducción: España goleó a Italia y ya estudia ruso
Los españoles vencieron a los tanos con gran autoridad. Más que nada por el gran juego que desplegó el hombre del Real Madrid y que además metió doblete. De esta manera los gallegos ya piensan en el Mundial.
Nota Marca de España:
En el descanso, ya comenzaron a verse por el Bernabéu los primeros diccionarios de español-ruso, o de ruso-español. Da lo mismo, que lo mismo da. El caso es que España comenzaba a hacer las reservas de los billetes para el próximo Mundial. Y por lo que se ve, se palpa, se huele y se mastica, Lopetegui y sus hombres van a viajar en primera clase. La que tienen sus futbolistas y exige su manera de interpretar todas las facetas del fútbol. Esta España sabe, quiere y puede.
Esta España parece que ha vuelto a encontrar a los jugadores que llegan a la victoria por el camino del bien. Del juego asociativo y del toque, pero también de la presión alta e inmediata tras la perdida y del repliegue ajustado en su campo cuando es menester. Un equipo que vive para atacar, pero sabe que tiene que defender y no duda en ningún momento de que su mejor arma de contención es la posesión del balón; las circulaciones largas y los apoyos en corto.
Todos los secretos tienen su punto y final. Incluso las alineaciones de un partido de fútbol, que parecen más que un misterio de estado. El enigma de Lopetegui se resolvió con la respuesta esperada y semidescubierta por la sinceridad de Morata en sus declaraciones. El de Ventura, no. Posiblemente la lesión de Chiellini le hizo variar los planes a última hora, pero tampoco resultó una sorpresa mayúscula, pero sí una propuesta valiente. Italia ya había jugado con ese 1-4-2-4 en ataque tan atractivo por el mero hecho de romper con los cánones tácticos de los últimos tiempos.
En España, dentro del 1-4-3-3 habitual, una variación mínima pero trascendente en la ocupación de los espacios. La no presencia de un delantero de referencia y la aparición de la figura del falso '9'. Una variante que sabe y huele a La Roja más auténtica, la de la estrella de campeón del mundo. Del Bosque ya lo utilizó con Cesc y Silva.
Una solución, muy de un equipo jugón, de toque, de pases... En una palabra muy de España. Comenzó ahí el pelado Silva. Con Isco a la derecha y Asensio a la izquierda. Tomó pronto La Roja la iniciativa del juego ante una Italia que asustó con la presión alta pero que tuvo que ir retrocediendo metros hasta terminar en su campo. Mandaba el balón. Y éste era de los de Julen. Sin prisa pero sin pausa.
Italia tenía que recurrir a las faltas al borde de su área para frenar los desmarques de ruptura a los espacios. Un riesgo ante los especialistas españoles. Sergio lanzó la primera alta (m.8), Isco metió la segundo dentro, dentro, dentro (m.13). A media altura. Con sutileza, salvando la barrera. Dio la impresión que Buffón se estiró tarde.
Un gol que llevaba una botella de oxígeno dentro, un gol que servía para respirar y plantear el partido de una manera menos obligada. De la presión alta de los primeros minutos, al repliegue medio, pero siempre con el balón como principal arma de defensa.
Los tres de arriba, los dueños del '9' falso, comenzaron a intercambiar sus posiciones. Primero los hombres de las bandas, después se metió Asensio por dentro. Mientras la Selección se trabajaba la estrategia de ir por delante en el marcador, Italia comenzó a subir peldaños. Ventura intercambió varias veces a los laterales de banda y volvió a la presión arriba. Ocupaba el campo enemigo con siete y ocho jugadores y De Gea comenzó a ganarse el sueldo a los veinte minutos con una mano de reflejos ante un cabezazo desde muy cerca de Belotti.
Primer aviso, también es verdad que único en ese primer tiempo, de que esos hombres con la camiseta 'azzurra' no pensaban rendirse tan pronto. Y una alerta también para los que vestían de rojo de que no podían meterse atrás porque la portería contraria se quedaba muy lejos. Salieron. Y en una de esas, llegó el segundo de Isco. Este tipo es un pelotero, que diría Cruyff, de alta alcurnia. Ese manejo suyo de las dos piernas vale millones. Los que se quieran poner en el banco. Control-regate con la derecha y remate con la izquierda. Raso. Cruzado. Donde al portero contrario le duele el espinazo porque ve que por más que hace de goma no llega.
En la queja airada de Buffon a sus defensas estaba implícita que la estrategia del '9' falso daba sus frutos. Sí. El disparo fue precisamente desde ahí, desde la posición del '9' puro. Isco no estaba. Isco apareció. Lo que se pretendía. Un esperanzador 2-0 al descanso. Ni en el mejor de los guiones.
Segunda parte de manual. Mínimo riesgo. El equipo bien plantados atrás y contras. Italia lo intentaba pero no podía. España se plantó tácticamente perfecta. Todo iba tan bien que Lopetegui pasó a jugar con el'9' puro. Morata por Iniesta. Silva retrasó su posición. La guinda al gran partido llegó en una contra montada por Morata y Sergio Ramos. Centró el defensa y marcó el delantero en un perfecto desmarque al lado contrario de donde venía la jugada.
España jugó con Italia en esos minutos finales. Entró hasta Villa, después de Saúl y el Bernabéu ya era una fiesta y los diccionaros de ruso corrían de mano en mano.