Insólito: en Uruguay no mandarán más árbitros a un club donde les robaron un termo

La noticia pareciera ser el disparador de un cuento de Soriano o Fontanarrosa. "Le afanaron el termo y el mate al jué y ahora la liga no va a mandar más referís". 

Podríamos imaginar la escena en el buffet de un club de barrio del interior del país -de Argentina o Uruguay-, y la voz ronca de un parroquiano acodado al mostrador de madera lanzando la misiva. El mensajero podría ser uno de los personajes de la canción Brindis por Pierrot, de Jaime Roos, o José Sabía, de La Vela Puerca. 

Pero no, no es de cuento, es real: y la noticia indica que el gremio de árbitros del departamento de San José (al oeste de Montevideo, 40 mil habitantes) dio a conocer una dura determinación en una carta dirigida al presidente de la Liga Mayor al denunciar el robo de un termo y un mate a uno de sus árbitros.

La curiosa nota destaca que “esta asociación no enviará árbitros para ninguna categoría al parque García Betbeder, cancha del Club Social y Deportivo Atlanta El Gráfico, hasta tanto éste no reintegre el termo Stanley de 1.3 litros, bombilla de alpaca y mate con borde de acero”.

Según el comunicado de la gremial, estos elementos “fueron dejados por nuestro asociado (de nombre Gabriel Stancheff) en el vestuario de los árbitros y habiéndose las averiguaciones pertinentes no se han podido recuperar”.

El pedido es claro y exige “la remuneración económica que asciende a la suma de 5900 pesos uruguayos, en caso de no ser reintegrado tal como fuera dejado en vestuarios”.

Y hasta cotiza cada uno de los elementos desaparecidos: por el termo Stanley $ 4500, por el mate "de borde de acero" $ 850 y por la bombilla "de alpaca" $ 550 pesos.

Así, el escándalo en una ciudad más conocida por su festival de jazz que por el fútbol, ocupa las portadas de los sitios web por estos días. 

Que por supuesto no quedó allí y como en un conventillo en época de redes sociales siguió con la respuesta del club. Es que claro, semejante acusación mancharía el sagrado nombre de una entidad que esta semana festejó su cumpleaños número 54.

“El presidente de la institución (Miguel Pintos) toma conocimiento del presunto hecho por intermedio de una tercera persona que lo llama a las 14:30 aproximadamente del mismo día haciéndole saber que el árbitro Gabriel Stancheff olvidó en la cancha, en el vestuario correspondiente, su equipo de mate", comienza el descargo de la directiva de Atlanta El Gráfico. 

Lo que sigue es de guión: “El presidente se ofrece a colaborar en solucionar la situación cuanto antes, informando por whatsapp al cuerpo técnico por si alguien había visto algo. También proporcionó a la tercera persona el número telefónico para cualquier consulta. También dejó en claro que si bien fue la persona que cerró los vestuarios no ingresó en ningún momento al vestuario arbitral puesto que desconocía la presencia de objeto alguno y tampoco controló el ingreso de persona alguna puesto que el espectáculo había concluido y la seguridad se había retiradoasí como todos los actores”.

Y cierra, sincero y sentido (¿o no?): “Nuestra institución deja en claro que siempre ha velado y lo seguirá haciendo por el bienestar y tranquilidad de los árbitros y demás actores de cada espectáculo. Así lo hizo el presidente en persona, atendiendo cada pedido de los árbitros durante esa jornada como corresponde por el bien del fútbol. No obstante eso dejamos también en claro que si bien nos solidarizamos con la pérdida del señor Stancheff no podemos hacernos responsables de un bien que no teníamos conocimiento que estaba en nuestras instalaciones, que fue olvidado por él cuando se retiró de la cancha y que si fue objeto de un hecho lamentable de hurto, este hecho se produjo cuando las condiciones de seguridad establecidas habían cesado”.

Sin más, el cronista se despide con la formalidad que el caso amerita, tal la investidura de la historia, pasado, presente y futuro glorioso del hermano país. 

Posdata: al buscar videos sobre la noticia, el cronista se topó con este golazo del equipo Campana, en un duelo contra San Lorenzo, de la pronto olvidable liga sanjosesina de fútbol del Uruguay. 

Posdata II: ¡Bo, están de vivos!