La violencia en el fútbol volvió a ganar, aunque esta vez fue en Uruguay, donde los violentos impidieron que Peñarol y Nacional regalen otra edición del clásico ‘charrúa’.

El partido tuvo que ser suspendido debido a la falta de garantías en la seguridad del estadio Centenario. Los incidentes comenzaron desde temprano en las inmediaciones, con todo tipo de episodios.

Primero, hubo algunas detenciones antes que los hinchas ingresaran a la cancha. Luego, algunos ya adentro, saquearon puestos de comida y agredieron a los recaudadores.

Mientras tanto, en la calle, los simpatizantes de Peñarol protagonizaron un enfrentamiento con la Policía, y desde la tribuna Ámsterdam no se quisieron quedar afuera de la gresca, y hasta le tiraron una garrafa de 13 kilos a los efectivos.

Ampliar contenido

Los disturbios continuaron con corridas en las calles de Montevideo y más de 200 detenidos, al tiempo que el encuentro tuvo que ser suspendido.