Daniel Osvaldo es confeso hincha de Boca. Quizá por eso, sumado a su gran trayectoria en la elite del fútbol europeo, muchos hinchas xeneizes ya lo quieren sin que siquiera sume minutos en cancha con la camiseta azul y oro.

Y en la noche del domingo, cuando Boca venció 2-0 a Temperley, el delantero dio otra muestra de su amor por la institución de la Ribera. ¿Qué hizo? Rezó, pidió al cielo y gritó con mucha euforia el tanto de penal de Juan Manuel Martínez. Y sí, goles son amores.