De manera insólita e increíble, se dio una situación aberrante en un estadio peruano donde se jugaba un partido por la Copa Libertadores de América.

El Real Garcilaso se medía con el Cruzeiro de Brasil, donde juega Tinga, futbolista de piel oscura que fue víctima de insultos y burlas discriminatorias desde las gradas de la parcialidad local.

El hecho generó el enojo y la preocupación de los mandatarios de ambos países, Dilma Rouseff y Ollanta Humala, además del inmediato repudio de figuras deportivas como Ronaldinho Gaucho, y las críticas de la prensa brasileña.

"Fue lamentable el episodio de racismo. Por eso, hoy Brasil entero está #FechadoComOTinga (cierra filas con Tinga)", dijo Dilma Rousseff en su cuenta de Twitter.

"Me puso muy mal escuchar los insultos. Jugué cuatro años en Alemania y nunca me pasó eso. Ahora ocurre en un país muy parecido al nuestro, con mezcla de razas", disparó totalmente desconcertado.

El exjugador del Borussia Dortmund alemán ingresó en el segundo tiempo y cada vez que tocó el balón, los gritos de los hinchas peruanos reproducían desde las tribunas sonidos que imitaban a los monos.

La Conmebol podría sancionar al estadio de Huancayo y quitarle el beneficio de sede de próximos partidos internacionales, mientras que Real Garcilaso recibiría una sanción económica.