Se despertó Golden State, y dejó atrás las dos derrotas consecutivas, para terminar aplastando 103-82 a Cleveland en el cuarto juego disputado en el Quicken Loans Arena de los Cavaliers, e igualar la serie final a mejor de siete, que ahora quedó 2-2.

Cambió el chip y cambió el cuadro Golden State, ya que salió con un cambio respecto a su quinteto inicial habitual. Así, pareció no depender exclusivamente de Stephen Curry, a quien venían enfriando los Cavs con una pegajosa marca de Matthew Dellavedova.

De esta manera, el MVP de la temperada regular y Andre Iguodala, la gran figura del partido, fueron los máximos anotadores, aunque con apenas 22 puntos, mientras que Draymond Green se sumó con sus 17 conquistas, colaborando con el triunfo final.

Por el lado del local, se vio superado ampliamente por un rival que se aprovechó de su merma física y las ausencias. Encima, LeBron James bajó sensiblemente su nivel respecto a lo que había mostrando en los primeros tres juegos, y solo pudo aportar 20 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias, mientras que el mejor de Cleveland fue Timoféi Mozgov, con 28 tantos y 10 rebotes.

Golden State pareció tener controlado el juego en todo momento, y así se impuso en todos los parciales. Ahora regresa al Oracle Arena con la sensación de haber recuperado la confianza, pero sobre todo, el nivel que le permitió llegar al partido final.

El ganador llegó a ponerse 23 puntos arriba en el último cuarto, y por eso, con el marcador irremontable, el entrenador de Cleveland decidió darles descanso a los habituales titulares, pensando ya en el quinto encuentro.

Con este resultado, la serie final a mejor de siete tendrá, como mínimo, seis partidos. Por el momento, está 2-2, mientras que la acción continúa este domingo, cuando los Cavaliers vuelvan a ser la visita en el quinto jugo de la final de la NBA.