En un final apasionante, Cleveland venció a Golden State y es el nuevo campeón de la NBA

Medio siglo esperó Cleveland para celebrar. No pudo ser en la 2015, y parecía que el demoledor Golden State Warriors, que venía desfilando con todos los récords, se lo llevaba de nuevo este año; pero con LeBron James todo es posible, y creyendo hasta el final, los Cavaliers levantaron una serie adversa en la que estaban 1-3 abajo, obligaron al séptimo partido, y en Oakland se impusieron 93-89 en un encuentro apasionante, para así quedarse con el anillo de la NBA.

Estaba todo dado para Golden State, que tenía la fiesta preparada en su casa en el quinto partido. Todo a favor, y en este séptimo se adelantaba en la primera parte. Con los ‘hermanitos’ Klay Thompson y Stephen Curry apagados, Draymond Green jugaba en modo ‘extraterrestre’ y era la figura; y los locales recién lograban sacar 7 de venta en el segundo cuarto, para terminar yéndose al descanso con esa misma diferencia a favor: 49-42.

Tras los primeros 24 minutos, Green cerraba con 22 puntos -5 triples-, de los 49 de su equipo, encaminándose a ser el MVP de las finales. El dueño de casa metía 10 triples, contra uno solo de Cleveland.

Pero, de la mano de Kyrie Irving, el visitante, que logró 11 puntos consecutivos, lo dio vuelta en el tercer período, donde por momentos llegó a sacar 6 de ventaja. De todos modos, a falta de casi 2 minutos, lo empataba Golden State, para luego pasar 76-75 al frente.

Los últimos 12 minutos fueron cerradísimos e infartantes. Golpe por golpe, ninguno podía imponerse, hasta que, cuando quedaba algo más de 3 minutos en el reloj, el partido se planchó en 89-89. Pasaron casi 120 segundos, en los que LeBron le metió una tremenda tapa a Andre Iguodala, y luego Irving clavó un triple espectacular que sería clave para lo que quedaba.

Con 92-89 para Cleveland, los Warriors fallaron la jugada siguiente, y con algo más de 10 segundos por disputarse, LeBron erró un libre pero metió el otro, para quedar al borde del triunfo. La última posesión de los Warriors fue un triple que malogró Curry, y el festejo se trasladó a los de Ohio.

James fue más ‘King’ que nunca: cerró con ‘triple doble’, contabilizando 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, más 3 terribles tapas. Pero como en toda la serie, LeBron tuvo a Irving como ladero, quien consiguió 26 tantos.

Por el lado de Golden State, Green se puso el equipo al hombro, totalizando 32 anotaciones, 9 asistencias y 15 rebotes. Curry y Thompson amagaron con una reacción cerca del final, pero sólo aportaron 17 y 14, respectivamente, en una noche para el olvido.

De esta manera, los Cavaliers consiguieron el primer título de la historia de la franquicia, y le devolvieron la alegría a la ciudad de Cleveland, que no celebraba un campeonato de cualquier deporte desde 1964. Para agregarle otro dato que hace a este anillo histórico, es la primera vez que un conjunto de la NBA revierte una serie final tras estar 1-3 en desventaja.