Ganar con una diferencia abultada siempre es bueno, sobre todo si el contexto no favorece a la tranquilidad de los jugadores. La goleada por 5 a 0 de Barcelona ante Elche, con un gol de Lionel Messi de penal, le puso paños fríos a la tensión institucional y personal, entre el DT Luis Enrique y el mejor del mundo.

La victoria por la ida de los octavos de final de la Copa del Rey cambió los ánimos de la derrota ante Real Sociedad, del pasado fin de semana.

Ahora, el equipo culé deberá mantener el nivel ante un duro rival, Atlético Madrid, con el que jugará el domingo, a las 17, por la Liga local.

Los goles del partido los hicieron Neymar (por suplicado), Luis Suárez, Messi y Jordi Alba. Elche, último en la tabla de la liga, en ningún momento ofreció resistencia.

De esta manera, Barcelona solventó anticipadamente su pase a los cuartos de final, donde le esperará el ganador de la eliminatoria entre Real Madrid y Atlético de Madrid.