Ver a quien un día fue número uno del mundo, dominador de un deporte como no lo ha habido igual en la historia de cualquier otra disciplina, buscando excusas o lamentándose por no poder dormir tras su ruptura con la esquiadora Lindsey Vonn.

Tiger Woods hace tiempo que ya no es el extraterrestre, pero hace poco que ha pasado a convertirse en uno más. Y eso sí que es doloroso.

Con sus 85 golpes queda con 12 golpes por encima del par del campo. Último clasificado entre los 71 jugadores que pasaron el corte. Y, sobre todo y más significativo, a 24 golpes del líder provisional, el sueco David Lingmerth cuando este ni siquiera había comenzado su tercera vuelta al campo de Ohio.

Una distancia sideral a la que Woods un día estuvo acostumbrado, aunque entonces era él quien miraba desde arriba.

Un presente jamás imaginado; pero real.