Es cierto que se cuentan los días para el duelo copero ante los primos como también lo es la necesidad de llegar en alza al 20 y 27 de noviembre. Boca transita los días previos al Superclásico con la tranquilidad que solo dan los resultados. La era Arruabarrena arrancó con números idénticos al inicio del primer ciclo de Carlos Bianchi: ambos DT’s comenzaron con 11 triunfos, 3 empates y 3 derrotas en los primeros 17 encuentros oficiales. Casualidades del fútbol y coincidencias entre el alumno y el maestro.

Resulta admirable la postura de Arruabarrena ante la prensa, sin entrar en polémicas, centrado y en pos de un solo objetivo: querer siempre lo mejor para Boca. Mientras otros entrenadores se muestran temerosos porque sus perseguidores ganan partidos agónicos y algunos diarios festejan empates, el ‘Vasco’ les pide a los suyos inteligencia, mesura a la hora de declarar para no entrar en polémicas desgastantes. Quiere que hablen adentro de la cancha, donde se ven los “pingos”.

Pero el hincha de Boca, a diferencia del de algún otro equipo, es agradecido con sus ídolos y emblemas y por eso quiero referirme a dos temas importantes: La Bombonera y Riquelme. El máximo emblema de la institución junto con los colores y uno de los máximos ídolos de toda la historia, que es muy amplia y no tiene manchas.

Mientras el equipo se prepara para un cruce internacional con el clásico rival, y en medio de una levantada con un andar mucho más regular, quedo relegado, para varios medios, la posible construcción de un nuevo estadio que quiere imponer Angelici. El público de Boca, que conoce su historia, se resiste a que La Bombonera deje de ser la cancha que utilice el ‘Xeneize’. El hincha quiere que se amplíe el actual estadio y la comisión directiva, encabezaba por Angelici, tiene una persistente idea de hacer un nuevo estadio en otra locación. Todavía recuerdo cuando Macri culpaba a Anibal Ibarra por la no ampliación del estadio, y ahora que es Jefe de Gobierno se caga en el hincha y no mueve un dedo para permitirle a Boca conseguir los terrenos que le faltan para agrandar la cancha.

El otro hecho significativo, es que hoy se cumplen 18 años del debut de Juan Román Riquelme en Boca, en la mismísima Bombonera, con una actuación soberbia. Aquel día Boca le ganaba a Unión 2 a 0. Se presentaba, con la Nº 8 en la espalda, un pibito, flaco y algo desgarbado que ponía la pelota bajo la suela y dejó solo a Fernando Cáceres a los 19 minutos del segundo tiempo para que el ‘Negro’ ponga el resultado definitivo. Terminó el encuentro y el ‘10’ (que jugó con la 8) enfrentó por primera vez un micrófono y corrigió al periodista. Calidad, carácter, inteligencia y respeto por la camiseta siempre pregonó Riquelme.

A casi 20 años de la primera vez de Román en el patio de su casa, y en el día que se estrenará un documental sobre su carrera, el hincha no lo puede disfrutar con la camiseta Azul y Oro por cuestiones que todos ya conocemos, una verdadera pena. Así pasa los días Boca, esperando el Súper, cuidando La Bombonera y extrañando a Riquelme.