Acababa de terminar el partido entre Rumanía e Irlanda correspondiente al Mundial de rugby de Inglaterra. De repente, uno de los jugadores rumanos se acercó a su novia, todavía vestido de campo, para darle la sorpresa de su vida. Anillo en mano, hincó la rodilla en el suelo y le pidió matrimonio. El ensayo de su vida salió bien, porque ella dijo que sí.