Hasta el relator se rió
El penal más tonto del mundo
El jugador iba a patear el penal, se preparó, tomó carrera y quiso amagarle al arquero con tanta mala suerte que se arrepintió, se trabó y se cayó al piso.
El amague en el penal no está penado siempre y cuando el autor no detenga totalmente su marcha. Este buen muchacho quiso engañar al arquero con un amague pero se trabó en el pasto y terminó cayéndose. La pelota fue despacio a las manos del arquero y el ejecutante fue amonestado en una acción tan torpe que hasta el relator se mofó.
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