Las once mil personas que asistieron al Ryogoku Kokugikan se encontraron con el espectáculo que fueron a ver. el argentino Fernando Puma Martínez y el japonés Kazuto Ioka se brindaron en un combate sin cuartel que terminó en las tarjetas.

Antes de que se iniciara la pelea, Martínez había hecho una entrada al ring al estilo de La Doce, con banderas y canciones boquenses.

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El argentino se impuso en las tarjetas (116-112; 117-111; 120-108) y se quedó con la unificación de los títulos de la Federación Internacional de Boxeo (IBF) y la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) de la categoría supermosca.

A la hora de los festejos, el Puma no se olvidó de los colores de su barrio, del club de sus amores, y ante los micrófonos lanzó su grito de guerra.

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