El drama de un atleta etíope que ganó la de plata: "Si vuelvo a mi país, podrían matarme"
Feyisa Lilesa cruzó la meta con los brazos cruzados sobre su cabeza en forma de protesta. Pertenece a la etnia Oromo: "El Gobiernos nos persigue y nos encarcela, debo dar a conocer lo que nos pasa", explicó más tarde.
Llegó a la meta con los brazos cruzados sobre su cabeza ny nadie entendió a qué se debía. Pero el etíope Feyisa Lilesa, medallista de plata del maratón olímpico de los Juegos de Río 2016, aclaró que era una protesta contra la situación que vive la etnia oromo al ser perseguida por el gobierno de su país.
"Soy oromo, y en Etiopía los oromo somos reprimidos por el Gobierno. Nos matan y nos encarcelan, somos sospechosos por el simple hecho de ser oromo. Tengo parientes presos y llevaré la protesta de mi gente donde vaya", denunció el deportista.
"En Etiopía hay 15 millones de oromo y el Gobierno nos obliga a dejar nuestras tierras, nos encarcela, nos mata. Yo les pido que ustedes, los periodistas, que hablen de la democracia que no existe en mi país, y de los intereses económicos que apoyan la represión de los oromo", reclamó.
La etnia a la que pertenece Lilesa es una de las más numerosas de África y la más perseguida. En Etiopía, los amhara, etnia minoritaria, ha gobernado el país desde el proceso de descolonización y mantiene desde los 70 una guerra contra los oromo, que durante estos años se han organizado en diferentes frentes de lucha armada. Se estima en 2,5 millones la cantidad de refugiados oromo en países vecinos como Somalia y Eritrea.
Lilesa admitió que su propia seguridad corre riesgos en Etiopía. "Si vuelvo, sé que podrían encarcelarme o incluso matarme, es algo que ya he discutido con mi familia. Pero yo represento a mi pueblo y creo que debo dar a conocer lo que nos pasa", dijo el ganador de la medalla de plata. "También podría ocurrir que no me dejaran pasar del aeropuerto. De hecho, todavía no tengo decidido si voy a volver a Etiopía o quedarme en otro país", afirmó.
Eliud Kipchoge tuvo palabras de apoyo a la lucha de su compañero en el podio, y los aplausos fueron brotando en la sala de prensa del Sambódromo a medida que Lilesa iba explicando su situación personal y la de su pueblo.
Lilesa restó trascendencia a la posibilidad de que su gesto le cueste una sanción del Comité Olímpico Internacional (COI), que suele ser muy poco permeable a las manifestaciones políticas durante los Juegos.
"Hay demasiados problemas en mi país, donde todo es muy peligroso, y yo seguiré protestando por los presos oromo porque esa es mi tierra", sostuvo con firmeza el atleta etíope, cuyo gesto ya ingresó a la galería de los inolvidables de Río 2016.