Nota 'Marca' de España:

Los comienzos siempre son difíciles. Lo sabía Alemania, que quiso templar los ánimos y controlar un partido que se le escapó por momentos. Sufrieron los de Löw ante Ucrania, que se topó con un gran Neuer, providencial en el triunfo de los campeones del mundo. Mustafi le puso cabeza al estreno y Schweinsteiger certificó el triunfo por inercia de quien se sabe superior. Sensaciones al margen, Alemania hizo lo que se debe hacer en estos caso: el resultado por encima de todo.

La eficiencia alemana es única. Conocida la puesta en escena ya de tres de los aspirantes al título, lo cierto es que el escenario no asusta. Eso sí, Francia ganó 'in extremis' con un gol en el último suspiro y a Inglaterra se le escaparon dos puntos de la misma manera. Alemania, al fin y al cabo, terminó ganando por dos goles de diferencia. La primera selección que lo hace en esta Eurocopa.

Lo hizo aferrándose a sus armas: fútbol control, movilidad constante y presión adelantada. Sin embargo, el triunfo vino por una acción aislada a balón parado. Tras el primer aviso de Ucrania que Neuer solventó con una preciosa estirada, desbaratando el disparo de Konoplyanka, llegó el tanto alemán. En un envío de Kroos -de lo mejor de Alemania en su debut- Mustafi encontró una zona vacía que aprovechó para hacer suya y fusilar de cabeza a Pyatov.

El tanto encontró una adecuada respuesta de Ucrania. Con la intermitencia de Özil y la frustración de Müller, unida a la poca productividad de un Götze deprimido, Alemania se encontró con serios problemas para frenar las llegadas ucranianas. La verticalidad de Yarmolenko destapó las carencias defensivas de Alemania que, conviene decirlo, no son pocas.

El partido entró en un intercambio de golpes que ambos esquivaron con habilidad. Pyatov salvó un mano a mano con Khedira y Neuer se volvió a lucir con un cabezazo a quemarropa de Khacheridi. Fueron los mejores minutos de Ucrania, que adoleció de mordiente arriba. Konoplyanka desperdició una ocasión inmejorable que Boateng se encargó de anular sobre la línea y Yarmolenko marcó poco después en fuera de juego.

Özil, para lo bueno y lo malo

Visto lo visto, Alemania salió tras el descanso dispuesto a asegurar. Posesión, posesión y más posesión. Con escasa profundidad y pausadas intenciones. Anestesió a Ucrania, que permaneció aletargada hasta los instantes finales. Özil volvió a mandar al limbo otro mano a mano de Alemania con Pyatov y Mustafi contuvo la respiración de todos los alemanes con una cesión más que inoportuna.

Con el partido acabado, Schweinsteiger maquilló el resultado al finalizar un contragolpe tras una genial asistencia de Özil. Fue la inercia del triunfo. El oficio del que lleva toda la vida resolviendo este tipo de partidos. Con cabeza, sin mucho fútbol, pero con buen resultado. Ya habrá tiempo de mejorar. Lo primero es encontrar tranquilidad. Y de eso Alemania sabe más que nadie.

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