Al Arbroath le quedaban solo cuatro suplentes en el banco de suplentes y el entrenador tomó un decisión audaz: puso a su segundo arquero, Ally Adams, de delantero por la lesión de un compañero. Entró en el minuto 56 y en el 76 marcó un gol sensacional.

Calzó desde fuera del área una volea de media vuelta para poner el 2 a 1 en el marcador que le permitió a su equipo empatar el encuentro. 

El Arbroath tiene 17 puntos en 17 partidos que lo dejan en la novena posición, a uno de la salvación.