El agónico gol de Uvita Fernández con el que San Lorenzo le ganó a Talleres
En un partido con pocas emociones y en el que los entrenadores, Pedro Troglio y Ángel Guillermo Hoyos, pensaron más en ir armando sus equipos que en el resultado, el Ciclón aprovechó un descuido de la defensa cordobesa para terminar primero en su grupo y ganarse un lugar en la definición.
Los partidos de verano tienen algo que los hace especiales: están a medio camino entre un amistoso sin ninguna trascendencia y un partido por los puntos.
Tal vez porque los ojos están puestos en ellos, o porque se disputa en formato de campeonato, lo cierto es que la historia indica que hubo entrenadores que debieron abandonar su cargo después de una derrota en torneos de verano (el caso más emblemático sea el de Ramón Díaz dejando River después de caer derrotado ante un juvenil equipo de Boca dirigido por Carlos Bianchi), y dirigentes que salieron de apuro a comprar jugadores porque lo que se había comprado no había mostrado su mejor cara.
San Lorenzo y Talleres jugaron en ese modo, a esa velocidad y con esa intensidad, por lo que salió un partido que no tuvo el vértigo de estar jugando por los puntos pero tampoco el ritmo cansino de una partido por nada.
Cuando el encuentro se moría apareció el oportunismo del Uvita Fernández para anotar de cabeza y llevar a San Lorenzo a medirse con Boca.
La final ante el Xeneize, que ganó el Grupo A tras vencer a Colo Colo y Universidad de Chile, se jugará el martes 25 de enero, también en el estadio UNO.