La justicia de Brasil investiga al acusado y cree que esta por encima del francoargelino Mohamadou Lamine Fofana, una de las 11 personas arrestadas la semana pasada en el marco de la "Operación Jules Rimet" que desmanteló una red internacional de reventa ilegal de entradas.

Según el diario O Estado de San Paulo, se interceptaron conversaciones telefónicas entre aseguró Fofana y Whelan.

Esta red ilegal revendía a unos 1.000 euros cada una de las entradas de cortesía en las tribunas VIP de los estadios mundialistas, destinadas originalmente a ONGs, patrocinadores y familiares de jugadores, precisó la policía la semana pasada.

Primero, la policía pensó que Lamine Fofana trabajaba en la FIFA y era el líder de la banda, pero luego se dio cuenta de que no pertenecía a la organización y "de que había alguien por encima de él de la FIFA, con un intermediario en Match", según declaró la semana pasada el comisario Fabio Barucke. Barucke está a cargo de la "Operación Jules Rimet", bautizada así en honor del presidente francés de la FIFA que creó la Copa del Mundo.

La FIFA se aseguró que "cualquiera que cometa un delito será sancionado, sin importar quién sea", dijo hoy la portavoz de la federación, Delia Fischer, en relación a la investigación abierta por la venta de entradas del Mundial en el mercado negro.

Por último la AFA se vió salpicada ya que el nombre de Humberto Grondona, hijo del vicepresidente de la entidad y máximo dirigente del fútbol argentino Julio Grondona, se encontró en una da las entradas revendidas.

La policía brasileña le pedirá a Humberto Grondona que envíe un informe sobre por qué apareció una entrada a su nombre en el mercado negro.