En su afán de mostrar superioridad, el periodista de Clarín sacó pecho sobre las advertencias sobre el funcionamiento de los elegidos por el extécnico del Sevilla, por lo que consideró obvio el mal resultado.

Como sin discusión no hay programa, reveló que luego del partido salió al balcón a tomar una botella de Champán -clásico símbolo de victoria- para celebrarse a sí mismo su predicción negativa.