Brasil, siempre Brasil y una vez más Brasil. Pero este Brasil le envidia la historia a los grande sseleccionados 'verdeamarelhos'. Sólo encontramos dos certezas. La primera: el seleccionado de 'Felipao' está entre las cuatro mejores selecciones del mundo. La segunda: este Brasil, se armó para ganar y no para brillar. Y lo está demostrando.

El primer tiempo fue bastante sorpresivo en el Castelao, porque Brasil salió a llevarse por delante a un rival que lejos estuvo de 'plantarse' y plasmar su propuesta original. A la salida de un tiro de esquina, un error grosero compartido entre Yepes y Zapata que se preocuparon sólo de Fred,  beneficio la entrada en soledad por el segundo palo de Thiago Silva, que anotó el 1 a 0 a los cinco minutos de comenzado el partido.Clave, visagra para el desarrollo de esos 45 minutos iniciales porque al dueño de casa se sacó la presión del público y comenzó a manejarse con mayor tranquilidad en la cancha.

Con la desventaja y el estilo de juego colombiano, Brasil se encontró con espacios y un adversario que, además de su propuesta errónea, también tuvo a varias de sus figuras en bajo nivel. James Rodríguez fue golpeado en varias ocasiones y no pudo mostrar lo suficiente como para dejar en claro porque llegaba como máximo goleador del certamen con cinco tantos, mientras que Juan Cuadrado no supo mostrar todo su repertorio.

Después, Teófilo Gutiérrez estuvo ausente en la ofensiva junto a Víctor Ibarbo y sin dudas, lo más destacado fue que David Ospina -el arquero colombiano- tuvo varias acciones claves para evitar una diferencia mayor de la 'Verdeamarelha', que sin hacer demasiado estuvo más cerca del segundo que su rival de empatarlo antes del entretiempo.

En el complemento, Brasil seguía dominando pero Colombia empezó a mejorar de a poco. En realidad, se animó a jugar y a no respetar a su adversario, que comenzó a contar con una mayor complicidad del árbitro Carlos Velasco Carballo, quien dejó pegar en exceso  (cometió 54 infracciones y sacó dos amonestaciones solamente). Por momentos daba la impresión de que no era Brasil, ya que cortaba cualquier avance con falta para no dejar jugar a James Rodríguez. Sin embargo, cuando los 'Cafeteros' se venían apareció el segundo del local, que aumentó por un estupendo tiro libre que se clavó en el ángulo izquierdo de David Ospina. De esta manera, el 2 a 0 parecía que cerraba el encuentro.

Tras la ventaja, Brasil se puso muy nervioso y empezó a reventar a las tribunas cuanta pelota caía en su campo. Fue así que Colombia comenzó a arrimarse y descontó con un penal a Carlos Bacca que anotó James Rodríguez, el goleador del certamen con seis tantos.

Los últimos minutos fueron dramáticos, porque Colombia mandó todo lo que tenía al ataque y con más ganas que fútbol arrinconó a un Brasil que pedía la hora en el Castelao. Los centros no encontraban destino y el último pase siempre fue erróneo en el conjunto de Pekerman, que no pudo lograr el milagro y se despidió de esta competencia en la que logró la mejor labor de su historia.

Brasil, siempre Brasil.

Accedió a disputar el martes a las 17 ante Alemania, en Belo Horizonte por un lugar en la final de la Copa del Mundo. Para este partido no tendrán al capitán Thiago Silva (llegó a la segunda amarilla) y con Neymar en duda (se fue en camilla a los vestuarios por un rodillazo en la espalda de Juan Camilo Zúñiga).

Brasil, siempre Brasil. Una vez  más... como marca la historia.