La pista mojada del Estadio Joao Havelange no le impidió a Usain Bolt volver a volar en los 200 metros, la que dice que es su prueba favorita, y así se quedó con su segundo oro en Río de Janeiro, y octavo en Juegos Olímpicos.

Le quedó un sabor amargo al jamaiquino, ya que no pudo romper el récord mundial, que justamente le pertenece. El hombre más rápido del mundo corrió a 19s78/100, lo que le bastó para sacarle varios cuerpos de ventaja a sus perseguidores.

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Bolt no pudo batir sus 19s19/100, como había prometido en la previa a sus últimos Juegos Olímpicos, aunque lejos quedaron el canadiense Andre de Grasse, plata con 20s02/100; y el francés Christophe Lemaitre, bronce con 20s12/100.

Más allá de no lograr la marca, por supuesto que hubo show. Usain levantó al estadio una vez más: bailó antes y se rió después; cantó “One love, one heart” a la cámara, y se paseó con una bandera brasileña y otra jamaiquina.

Le queda una última función este viernes, en la posta 4x100 metros, con la que podría lograr el triple-triple, y continuar haciendo historia. El ‘Rayo’ ya ganó las tres pruebas (100, 200 y 4x100) en Pekín 2008 y en Londres 2012, y quiere repetir en Río.