Boca se abusó de Racing
Los suplentes de Falcioni fueron mucho más que el impresentable equipo de Zubeldía: ganaron 2 a 0 con un sensacional gol de Viatri, que volvió tras siete meses, y otro de Blandi. Así, volvió a quedar como único puntero.
Cuando a alguien le dicen “tengo una noticia buena y una mala, ¿cuál querés que te cuente primero?” generalmente la respuesta es “la mala”. Así que empecemos por Racing.
Es todo un caso Racing. El equipo de Zubeldía, después de un par de victorias que se encontró por el camino y le permitieron olvidarse del Promedio, juega nada más y nada menos que por el honor. Sin embargo, parece que no lo tiene. Su técnico, en vez poner en cancha un conjunto armónico, equilibrado y ofensivo, se preocupa por reclamarle al árbitro una segunda amarilla para un rival o preguntarle por qué detiene el partido cuando hasta un sordo escuchaba los cantos racistas de la gente de Racing. Si Zubeldía es la gran apuesta de estos dirigentes que no paran de dar manotazos de ahogado... el futuro de la Academia no se vislumbra muy claro. Si es por buscar algo positivo, hay que nombrar a Valentín Viola, que fue el que se inventó la única chance de gol de su equipo: enganchó para adentro desde la derecha y despachó un zurdazo abajo que hizo lucir a Orión. El resto...
Lo de los pibes de Boca no fue una maravilla pero sí fue muy criterioso. Sean titulares o suplentes, Falcioni ya impuso su estilo: el del orden como premisa básica. A partir de eso, Boca podrá jugar mejor o peor, casi nunca vistoso si no está Riquelme, pero sabe lo que hace adentro de la cancha. Y su técnico, igual que en el último partido ante Fluminense por la Copa, se está animando a hacer cambios que no están en su ADN. El jueves puso a un delantero por un volante central y ganó el partido. Esta vez, se animó al regreso de Viatri (sacó a Insúa, lateral izquierdo, y retrocedió a Sánchez Miño) y jugó el segundo tiempo con tres delanteros: ya estaban Mouche y Blandi. Y fueron ellos, precisamente, los que resolvieron el partido y le devolvieron la punta a Boca. Pese a los siete meses afuera de las cancha por una rotura de ligamentos, Viatri no perdió ni la memoria ni la clase: sombrero sutil a toda la defensa de Racing y derechazo imposible para Saja. Después, para rematar a un rival a esa altura inexistente, Blandi y Mouche armaron una larga pared que resolvió el primero para el 2 a 0. Y menos mal que se terminó...
 
A los 23 minutos del segundo tiempo la pelota dijo basta: tras una trabada entre 

Cuando a alguien le dicen “tengo una noticia buena y una mala, ¿cuál querés que te cuente primero?” generalmente la respuesta es “la mala”. Así que empecemos por Racing.

Es todo un caso Racing. El equipo de Zubeldía, después de un par de victorias que se encontró por el camino y le permitieron olvidarse del Promedio, juega nada más y nada menos que por el honor. Sin embargo, parece que no lo tiene. Su técnico, en vez poner en cancha un conjunto armónico, equilibrado y ofensivo, se preocupa por reclamarle al árbitro una segunda amarilla para un rival o preguntarle por qué detiene el partido cuando hasta un sordo escuchaba los cantos racistas de la gente de Racing. Si Zubeldía es la gran apuesta de estos dirigentes que no paran de dar manotazos de ahogado... el futuro de la Academia no se vislumbra muy claro. Si es por buscar algo positivo, hay que nombrar a Valentín Viola, que fue el que se inventó la única chance de gol de su equipo: enganchó para adentro desde la derecha y despachó un zurdazo abajo que hizo lucir a Orión. El resto...

Lo de los pibes de Boca no fue una maravilla pero sí fue muy criterioso. Sean titulares o suplentes, Falcioni ya impuso su estilo: el del orden como premisa básica. A partir de eso, Boca podrá jugar mejor o peor, casi nunca vistoso si no está Riquelme, pero sabe lo que hace adentro de la cancha. Y su técnico, igual que en el último partido ante Fluminense por la Copa, se está animando a hacer cambios que no están en su ADN. El jueves puso a un delantero por un volante central y ganó el partido. Esta vez, se animó al regreso de Viatri (sacó a Insúa, lateral izquierdo, y retrocedió a Sánchez Miño) y jugó el segundo tiempo con tres delanteros: ya estaban Mouche y Blandi. Y fueron ellos, precisamente, los que resolvieron el partido y le devolvieron la punta a Boca. Pese a los siete meses afuera de las cancha por una rotura de ligamentos, Viatri no perdió ni la memoria ni la clase: sombrero sutil a toda la defensa de Racing y derechazo imposible para Saja. Después, para rematar a un rival a esa altura inexistente, Blandi y Mouche armaron una larga pared que resolvió el primero para el 2 a 0. Y menos mal que se terminó...






 


A los 23 minutos del segundo tiempo la pelota dijo basta: tras una trabada entre