El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no se quiere despegar de la fiebre mundialista que vive su país y el mundo.

En un auditorio de la Casa Blanca, hizo instalar una pantalla para ver los partidos de su selección.

Obama también sufrió el juego ante Bélgica, por los octavos de final de la Copa del Mundo, junto al personal de la casa de gobierno.

Cuando la selección norteamericana viajó a Brasil, el mandatario envió su saludo al plantel.