A 20 años del 'Topo Gigio, el gesto que comenzó la disputa Riquelme-Macri
Román le convirtió un gol a River en la Bombonera y corrió hasta el palco donde miraba el partido el entonces presidente de Boca. El 10 se paró e hizo el gesto que inmortalizó no solo la protesta de un jugador al dirigente, sino la manera de entender el fútbol y el club, tanto que sigue hoy en el día a día xeneize.
Se cumplen 20 años del gesto histórico del "Topo Gigio" de Juan Román Riquelme tras aquel gol a River en la Bombonera. Esa noche Boca ganó el superclásico 3 a 0 (goles de Ibarra y Guillermo Barros S), pero nadie hablaba de otra cosa -en la radio, tv, en los clubes y en la calle- que de lo que hizo Román.
Dimensionemos, el 'Cabezón' no había cumplido los 23 años y ya era figura de Boca. El gesto era para Mauricio Macri, no había dudas, más allá de que el tipo reía y miraba para otro lado en su palco junto a Isabel Menditeguy -su esposa del momento-, y la comisión directiva.
Aunque Román lo negó y cuando le preguntaron por el gesto, dijo sonriente a los periodistas: "El festejo fue para mi hija porque le encanta el Topo Gigio".
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¿Cuál era el motivo de ese reclamo?
Riquelme y su representante pedían una mejora salarial, mucho más que la prima de juvenil que cobraba. Boca ganó con él tres campeonatos en el país, dos Copa Libertadores y la Intercontinental, aquella victoria histórica ante Real Madrid con un Román descollante. Pero cuando le preguntaron a Macri por el vínculo contractual del 10, dijo con desdén que ya estaba firmado y no merecía tocarse.
La tensión subió cuando una semana antes de aquel superclásico, Mauricio anunció con bombos y platillos que Riquelme había sido vendido a Barcelona en una cifra récord: 26 millones de dólares. "Esta venta solucionará muchos problemas porque equilibrará las cuentas", dijo con su dicción particular Macri.
¿Y Román? Reaccionó así: "Esto es medio loco. Ahora dicen que ya me vendieron y yo no sé nada. Como no me quisieron arreglar el contrato, ahora dicen que me venden".
Riquelme se fue a Barcelona nomás, pero recién en el segundo semestre de 2002. Tras venderlo al culé, Macri advirtió: "Si él se quiere quedar sabe que Boca tiene muchas limitaciones económicas". Y JR10 se quedó, y conquistó con Boca otra Copa Libertadores y perdió la final Intercontinental ante el Bayern Múnich por 1 a 0 en Tokio.
El informe de TyC Sports de aquel momento
El resto es historia más conocida, Riquelme volvió en 2007 para ganar otra Libertadores y al tiempo Daniel Angelici no le permitió retirarse con la camiseta que más ama.
En su última jugada, las elecciones del 8 de diciembre del 2019, Román limpió a Angelici y Macri juntos del club que gobernaron durante 25 años.
Riquelme no gobierna como juega y aprobarlo o no como dirigente es materia del hincha xeneize. Ante cada operación mediático-política que sufre la gestión Ameal, al cronista le vuelve la imagen de aquel Román de 22 años, impávido, rabioso y seguro, de cuál era su camino en Boca.