'San Román' apagó el incendio
Con el tiro del final, Boca volvió a la victoria y minimizó la catarata de críticas.
Lo salvó, una vez más, Juan Román Riquelme. Con pinceladas en cómodas cuotas del ‘10’, Carlos Bianchi respira y piensa a futuro.
Boca se ha vuelto, de un tiempo a esta parte, Riquelme-dependiente y eso no habla bien del presente ni del futuro más próximo. Los números avalan la teoría: Con Riquelme en cancha, el ‘Xeneize’ obtuvo 18 de los 20 puntos cosechados en el Torneo Final.
El funcionamiento del equipo retrató una fotocopia del semestre. A Boca le cuesta todo el doble. No genera peligro, carece de sorpresa, los movimientos para romper el esquema del rival distan de la excelencia y la autocrítica del entrenador brilla por su ausencia.
La mediocridad baña este momento de confusión. Bianchi parece aturdido y sin rumbo fijo. Cuando declara; con el manejo del grupo; y con ciertas modificaciones, que muchas veces, no hablan el mismo idioma.
Boca ganó, es cierto. Pero que el árbol no tape el bosque. El conjunto de La Ribera juega mal y cada día peor. Ni Gigliotti ni Riaño; ni Martínez ni Acosta; ni Ledesma ni Erbes; ni Sánchez Miño ni Colazo. En Boca nada se sabe. Ni los dirigentes, ni el cuerpo técnico ni los jugadores conocen tierra firme. El ‘Mundo Boca’ vive hace mucho tiempo en la senda de la indefinición.
Restan cuatro partidos para el final del certamen. El único objetivo palpable es la clasificación a la Copa Sudamericana. Un premio menor para tanta ambición derramada.
En tela de juicio queda la continuidad o no del último ídolo pintado de ‘azul y oro’. A Riquelme lo consultan y se molesta; los dirigentes sacan la pelota al lateral; Bianchi mete presión; algunos de sus compañeros prenden velas y otros se agarran la cabeza. ¿Pagarán estos mediocres dirigentes el costo político de rechazar a Román?.
Resta poco menos de un mes para conocer la verdad. Se anuncia un ‘banderazo’ para solicitar la permanencia del ‘10’ y muchos ya diagraman el futuro inmediato.
Desde ‘Don Torcuato’ a ‘La Boca’ sin escalas. Una vez más, ‘San Román’ disparó y apagó el incendio.