¿La gente del Barcelona le da la espalda al equipo de Martino?
Si bien horarios, frío y precios no ayudan, la poca afluencia de público en el Camp Nou es una constante en los últimos partidos. A partir de ello, en España se acentuó el debate en torno a si la hinchada ‘culé’ comenzó a darle la espalda al equipo del ‘Tata’. El DT argentino y el brasileño Dani Alves dieron su opinión del tema.
Semifinales de la Copa del Rey y el gran coliseo catalán, con capacidad para casi 100.000 personas, estaba anoche semivacío, con apenas 38.505 entradas contabilizadas por el club.
Era un momento importante, porque el conjunto ‘azulgrana’ afrontaba el partido ante la Real Sociedad con el desafío de cerrar la crisis abierta tras la caída ante el Valencia del pasado sábado por 2-3, que supuso la pérdida del liderazgo luego de 59 fechas consecutivas.
Martino y sus jugadores necesitaban apoyo, pero la hinchada ‘culé’ se mostró distante y no acudió de forma masiva a la cita, algo inédito en unas semifinales de Copa y para un equipo europeo que se enorgullece de contar con el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, entre otras grandes estrellas.
La hinchada falló el miércoles 29 frente al Levante, aunque la lluvia torrencial pudo ser una buena excusa, y el sábado ante el Valencia se mostró fría e incluso muchos seguidores abandonaron el estadio mucho antes de que finalizara el partido. En la noche de este miércoles, ante la Real Sociedad, lejos de mejorar, la situación empeoró y dejó la imagen de un Camp Nou distanciado de su equipo.
La directiva del club, que planea remodelar el estadio y ampliar su capacidad -un proyecto del expresidente Sandro Rosell, –que dimitió recientemente en pleno escándalo por el caso Neymar–, atribuye la caída en la afluencia a los horarios nocturnos (la Copa del Rey se juega a las 22 horas locales) y a que existen unos 15.000 socios que ni van al Camp Nou ni "liberan" sus abonos para la venta.
Por su parte, Martino se mostró comprensivo con los hinchas que no acuden al estadio y criticó los horarios de los partidos de Copa, como viene haciendo en las últimas conferencias de prensa, en una de las cuales llegó a decir con ironía que temía que sus jugadores "se queden dormidos en el entretiempo".
"Si yo fuera simpatizante del Barcelona y tuviera que trabajar al día siguiente y el partido fuera a las diez de la noche, y además lo televisan en abierto, pues seguramente tampoco vendría al campo", dijo ayer el DT al término del duelo.
La mayoría de los jugadores azulgranas también justificaron a los hinchas y atribuyeron el bajón de público a los horarios y el frío invernal –que tampoco es extremo en la ciudad condal–, algo que no fue un factor de peso en la era de Pep Guardiola o de Tito Vilanova.
Sin embargo, el lateral Daniel Alves fue más allá y cuestionó a los hinchas por su actitud, la de abandonar al equipo.
"Aquí la gente es un poco pesimista. A la mínima que el equipo no gana la gente se enfría. El Barcelona es una cosa de todos, no sólo de los jugadores. Todos luchamos por el mismo objetivo que es ganar y disfrutar. Los que no vienen no son tan culés como dicen", disparó, con polémica, el lateral brasileño.
Los por qué de la poca concurrencia:
Los motivos se combinan, y además del tema de horarios y clima, también existe una realidad económica a la que el club no se acomodó, ya que en tiempos de grave crisis las entradas generalmente no bajan de los 50 euros –salvo alguna excepción de Copa– y en Champions llegan a más de 1.000 euros.
Además, en su mayoría las entradas se venden a través de agentes que "inflan los precios" –algo que se puede comprobar fácilmente a través de los puntos de venta por Internet– y cuando no logran "colocar" los tickets entre turistas se los quedan.
Por otro lado, cualquiera que haya tenido la oportunidad de asistir al Camp Nou sabe que, por idiosincrasia, el público catalán no es de los más efervescentes del mundo, sino todo lo contrario, y que el estadio se parece más bien a un gran teatro, donde la hinchada recompensa a los jugadores con ruidosos aplausos o como mucho corean sus nombres.
Además, el equipo de Martino gana, cumple, sigue vivo en todas las competiciones, pero no logra "convencer" o "ilusionar" a la exigente hinchada catalana, acostumbrada -para bien o para mal- a la era brillante y del fútbol supremo que inició Pep Guardiola y que logró mantener, con algunos altos y bajos, Vilanova.
Desde el principio, el exDT de Newell’s Old Boys sabía que desembarcaba en una institución muy especial, histórica y exigente como ninguna otra.
El técnico rosarino apostó por sus ideas, con la intención de aportar variantes a un equipo que ya en la etapa final de Vilanova era cuestionado por predecible y monótono. Nunca es fácil hacer cambios, por más pequeños que sean, y ser el responsable de manejar un plantel que exigía a gritos que se diera descanso a algunos de sus jugadores, apenas llegara al final de la temporada.
Martino demostró que tiene personalidad para imponerse, ahora su desafío es convencer a la hinchada para que le dé el tiempo que necesita, no solo para triunfar, sino para gustar.