Se puede hablar de un "sistema" de dopaje (o, mejor dicho, antidopaje) porque era un método sistemático que realizaban la dirección de deportes rusa con complicidad del Estado.

Según el propio presidente de la USADA, la agencia antidopaje de Estados Unidos: "Es un nivel alucinante de corrupción”, quien inmediatamente enterado de la noticia pidió la expulsión de Rusia de los Juegos Olímpicos de Río.

Este método empleado se realizó al menos sobre 312 de 577 deportistas, en base a las muestras obtenidas por la agencia rusa antidopaje: RUSADA.

El director de esta agencia analizaba las muestras en un laboratorio de Moscú e informaba inmediatamente al viceministro ruso de Deportes, Yuri Nagornykh, sobre los resultados positivos.

La respuesta volvía en clave: "Salva", significaba eludir los controles y falsificar las muestras positivas. En cambio, "Cuarentena", refería a continuar con el proceso legal.

En caso de que la respuesta sea "salva", Rodchenkov reportaba el control como "negativo" al sistema informático ADAMS, y se falsificaba el informe a las federaciones internacionales.

Casi todos los deportes olímpicos de verano se vieron implicados, tal como marca el cuadro. Solo la gimnasia, entre los grandes deportes, se salva de esta metodología. En general se salvaba a los principales deportistas que eran candidatos a alguna medalla olímpica.

En cambio, se daba "cuarentena" a aquellos deportistas rusos de segundo nivel o extranjeros, salvo la excepción de un extranjero de un equipo de fútbol ruso.

Durante los Juegos de Invierno de Sochi, la agencia de inteligencia rusa conocida como FSB, construyó un edificio adjunto al laboratorio antidopaje, que vigilaba el desarrollo de los controles. Increíblemente, la comunicación entre los edificios se daba a través de un túnel, propio de una película de Ciencia Ficción.

Por ese hueco, se pasaban las muestras de un lado a otro durante la madrugada y los frascos se identificaban por un código. Solo Rodchenkov sabía a qué deportista correspondía cada muestra.

En su instalación, los especialistas policiales disponían de una nevera con orina limpia que los sospechosos les habían enviado a Moscú meses antes. La FSB abría los frascos, tiraba la orina sucia y la sustituía por la limpia. Así, por el túnel, las muestras renovadas volvían a su lugar de origen.