A sólo 20 metros de distancia del arco, la posición de la falta era ideal para un especialista como Ronaldinho o Beckham, entre otros, que te aseguran un golazo al ángulo. Sin embargo, el que le entró a la pelota fue Seamus Kane, un ignoto jugador de Irlanda del Norte.

Kane tomo distancia, fue con toda la fe y… la mandó a los árboles que, a 70 metros de distancia, fueron testigos de semejante ‘burrada’.