Matías Aldaz y sus cuentos que fluyen como el agua
Un goteo, una lluvia torrencial, una llovizna o una garúa, cada una de ellas parece generar un ritmo orgánico y propio. Así pueden leerse los textos de Aldaz que funcionan como un río continuo de prosa.
"La lluvia cae en todas partes", editado en la colección Mulita de Editorial ConTexto, es uno de los catorce cuentos que conforma el tercer libro de este abogado, músico y escritor entrerriano.
Matías Aldaz tiene una de esas prosas que resultan fluidas a nivel personajes, diálogos y tramas. El primer cuento "La desesperación" nos trae la experiencia del suicidio repetido y los vínculos entre los vivos y los muertos. Una relación que se repite en "Corrientes vacía" donde los que ya no están marcan la intimidad de las conversaciones o como en "A buscar naranjas" en el que las ausencias redefinen las relaciones de los presentes.
La finitud puede verse también en "La boca llena de harina", o al menos cierto temor a ese posible final próximo. El cuento que da nombre al libro genera cierta incertidumbre; Aldaz nos presenta una atmósfera húmeda de pausas y diálogos que parecen nacer forzados para adquirir una notoria plasticidad en el lenguaje de una niña vistiendo un guardapolvo.
"Leones" se escapa del universo femenino que se repite para sumergirnos en una conversación de reclamos asentados en una fuerte amistad entre Brizuela y "Puntería". Como en "Médanos" donde el diálogo principal es el interno entre Juan que arrasta su pierna ortopédica junto con la necesidad de soledad.
Los cuentos "El presente", "Una estrella", "La Polaca" también se centran en relaciones de idas y vueltas, sorprendiendo con "Jodie" y el acto de espiar a una vecina. "Cuchillos" es un relato que atrapa desde el comienzo, donde hay un vacío en la memoria del personaje que nunca termina de llenarse y que hace que la historia se destaque.
El cuento "La tristeza de las mujeres" tiene una carga violenta muy importante que Aldaz sabe manejar a través de una especie de confesión psicoanalítica ¿y un pedido de redención? frente "una pasión" condenable.
Finalmente "Divisiones interiores" funciona como el epílogo del primer cuento, y no puede dejar de pensarse en pequeñas menciones autobiográficas de estudios, tiempos y espacios. Este último texto vuelve a llevarnos a la lógica del agua que fluye. Cierra un ciclo haciendo que el libro de Aldaz corra entre las piedras de una lectura con saltos y que se aleja de ser un mero estanque literario.
"La lluvia cae en todas partes", cuentos de Matías Aldaz.
Colección Mulita, Editorial ConTexto, Resistencia 2014
119 p.