PH  Leah Beo

Fiel al estilo de la galería Alpha Centauri en la que cada muestra funciona a partir de la experiencia personal y colectiva "Ojo- pulmón" de Lula Mari, que estará hasta el próximo 23 de marzo,  presenta una vitalidad en su puesta a través de tres opciones;  todas posibles que funcionan en la  simbiosis de un estanque que vibra. 

El formato "tradicional" en el que uno observa las pinturas como lo haría en cualquier galería/ museo, el estilo de espionaje en el que con las luces apagadas los visitantes (en número reducido) son invitados a recorrer con linternas las obras; sin darle de lleno con el haz directo, apenas rozando, espiando. Y el formato de recitales de pintura donde se lleva al lienzo al escenario, a la pantalla con música en vivo; adquiriendo un matiz de performance y espectáculo.  Tres diversidades que apuntan a una contemplación y no a pasear rápidamente la mirada por las pinturas.  

Lula llega a la entrevista en bicicleta, habla con todos,  se dispersa y al mismo tiempo se concentra mucho en lo que quiere comunicar. Come pasas de uva, fuma, sonríe y reflexiona sobre "Ojo- Pulmón" que espera un cierre con la sonorización de Jürgen, un espionaje y una mirada "tradicional" sobre las plantas, animales y atmósfera húmeda que creó para esta ocasión. 

— La muestra tiene dos ejes, uno centrado en el acto de observar por sobre el mero hecho de mirar ; que se expresa claramente a través de las distintas puestas  y otro que está en "el pulmón", en la respiración ¿cuál es la intencionalidad de este último eje?

—  Hay un filósofo francés que a mí me gusta mucho, François Jullien, que trabaja en las comparaciones entre Oriente y Occidente. Y hay una idea en la que marca que el órgano en Occidente es el ojo, trata de distinguir, de analizar, está diseccionando todo el tiempo pero en Oriente el órgano no es el ojo el órgano es  el pulmón. Por que no intentan saber cómo son las cosas sino que las respiran. Ya saben que lo que está en frente está perdido, no anhelan a la experiencia de conocimiento sino de travesía. Son esas dos ideas las que confluyen. No esperar a entender todo con el ojo y acompañar respirando, con el pulmón.

— Respirar como otra forma de contemplar...

— Sí. Como otra forma de transitar la experiencia.

— Esta idea de vivencia viene atravesando tu obra previa. Incluso vos tomaste tus escuchas en recitales de poesía para trasladarlas a la pintura donde también se suma el sentido del oído imposible de bloquear por completo...

— Claro, el recital implica el ojo, el oído, el pulmón. Fue alucinante cuando empecé a ver a los poetas en recitales; me dije la mitad de la belleza de este poema está en la gente que lo escucha. Cómo le dan vida a ese poema también. Muchas veces presenté una pintura en un contexto no apropiado y baja cincuenta puntos, es una tela pintada con colores. Hay algo también de llamar a la recepción...

Lula Mari: "La mirada me resulta un lugar muy natural"

— Esa trinidad entre la obra, el espacio y la recepción es clave en la puesta de Ojo- Pulmón, en especial la versión del "espionaje" ¿cómo surgió?

— Me gusta pintar cosas chiquitas, detalles. Pero no servían para los recitales de pintura entonces tenía que pensarles el dispositivo adecuado. La gente no se acerca en un recital al detalle, así que está esa forma de verlo más grande y también el espionaje para que puedan ver el verde, la pincelada más íntima.

—  Pero lo rico del espionaje que proponés sobre tu obra es que también te permite ver qué espía el otro creando una arquitectura momentánea de  mirada sobre mirada...

— Fue algo inesperado porque de esa manera se materializa la mirada. Pasás a ser consciente de la mirada del otro de manera concreta en la luz que enfoca. 

Lula Mari: "La mirada me resulta un lugar muy natural"

— Planteaste que disfrutás de pintar en detalle pero también te metiste con el gran mural que hay en la estación de subte de la línea B, (Osvaldo Pugliese- Malabia) junto con la artista Georgina Ciotti.  Liebres corriendo, árboles, todo a gran escala...

—  Ahí también tuve que pensar en el dispositivo cuando me convocó Georgina. Por eso pinté la secuencia de las liebres en movimiento, un movimiento en secuencia que es propio del subte. No llevé mi pintura ahí. Yo pensé el mecanismo adecuado a lo que proponía el soporte. Ahí encontré una forma. En otra pared pinté unas ratitas ya que estando ahí (en el subte, bajo tierra) me daba a cueva. Eso fue más improvisado. Cada cosa tiene una pregunta intrínseca que si vos accedés se despliega algo, una forma. La mirada me resulta un lugar muy natural. Miro bastante y cómo circula eso que miro. 

— Desde el 2001 que tenés tu taller "La común" ¿Trabajás esto de lo natural de la mirada con tus alumnos?

— En el taller doy clases de lenguaje pictórico. Les enseño preguntas que hay en la pintura: por la forma, el dibujo, lo geométrico. La luz, el claro oscuro , el color, tinta y saturación. No me meto con sus imágenes que cada alumno encuentre su asunto. Es más enseñar una técnica.

— ¿Por qué el nombre "La común"?

— Es un lugar muy abierto. Vienen muchas alumnas mujeres que van egresando y que incluso formaron un grupo "Las muchas" con las que compartimos el espacio. La palabra común (se toca la boca del estómago) me parece muy fuerte. Ser común.

— Desde el lado de la comunidad...

— Desde el lado de no pretender la originalidad. No como un deseo de expresión de una singularidad sino una singularidad expresándose. Es bien distinto. A mí no me engancha eso de qué querés hacer con tu obra.

— Sin embargo, una vez dijiste que las personas "miran poco tiempo las obras y las miran mal" (se sorprende con la cita sin recordar cuándo la dijo) pero en Ojo- Pulmón les ofrecés tres posibilidades de contemplación ¿hay alguna que sea mejor?, ¿coincide con la experiencia del público?

— A mí me gusta mucho el museo. Dar vueltas por el museo me parece una linda actividad. Una galería me incomoda cuando siento que hay que comprar algo, por eso me gustó Alpha Centauri, no estás pensando que te están por echar. También disfruto mucho ver cuadros en pantallas. Me gusta detenerme sobre el cuadro. A veces en los recitales de pintura había silencio total, no había ningún tipo de ayuda para que relajes pero había que dejar la pintura ante el público. Me pasa que mis amigos pintores quieren ver las obras con luz, sin el espionaje. Es otra mirada en la que van a estar sacando data, viendo cómo resolviste las pinceladas. Después está la mirada del que no mira habitualmente, y cuánta más parafernalia le ponés...va a mirar más. No quise ponerle el acento al texto curatorial que endulza.  Esto es tan afectivo.

Lula Mari: "La mirada me resulta un lugar muy natural"

— ¿Por qué la muestra es afectiva?

— Ya que remite a una zona común (se vuelve a tocar la boca del estómago) una fantasía infantil. Me gusta cuando veo cosas que me miman, también que me provoquen, pero que me mimen hacia un lado mío preciso.

—  La luz y la oscuridad también funcionan como integrantes de la muestra.  Además está el silencio algo que señalaste que "es lo más difícil de lograr" ¿te incomoda el silencio ante la obra?

—  Hay una frase de (Gilles) Deleuze que plantea que para el pintor la tela en blanco no es un problema. El problema es llegar a la tela en blanco. Estás lleno de ruido en tu cabeza, llegar al silencio es un combate con ciertas ideas, complejas, inseguridades. Identifico en mi experiencia un trabajo hacia eso. Cada vez que llego al silencio me encuentro muy bien.

La pintura siempre fue muy generosa conmigo. Probé con la música, que me formó afectivamente pero no salía. Probé con la escritura y no salía. También era muy chica. Pero con la pintura salió. Si yo estoy en silencio frente a ese río eso es lo adecuado y me gusta pensar que esa experiencia puede ser colectiva.  Es una tierra de preguntas. 

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OJO-PULMÓN
Lula Mari

Curaduría: Matías Billordo

Alpha Centauri

Agüero 793, 1 piso CABA. 

La muestra puede visitarse de jueves a sábado de 18 a 21hs. Cierra 23 de marzo con Recital de Pintura. 

Sobre Lula Mari
(Buenos Aires, 1977) Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon, estudió pintura con Alejandro Boim y Hermenegildo Sabat. Asistió a clínicas de obra y pensamiento contemporáneo con Diana Aisenberg y desde 2001 dirige el taller de pintura y dibujo “La común”. Su obra fue exhibida de forma individual en Galería Crimson, Zabaleta Lab y Sputnik, y de forma colectiva en el C.C.Borges, Boquitas pintadas, C.C. Recoleta, Hoy en el arte, Palais de Glace y Espacio de la Américas (Lima, Perú).Participó en el Premio Itau a las artes visuales (2015) Salón Nacional de Dibujo (2014, 2012), Salón municipal de Pintura (2011, 2013), Salón Nacional de pintura (2011), Salón Castagnino (2008) y Salón Félix Amador (2001) entre otros.