La mano que tacha. Edición en escena
En una puesta eléctrica, Paula Banfi nos trae la posibilidad de reflexionar en escena mientras una mano escribe y otra tacha en un escenario donde la escritura es tan vital como la palabra y la mirada.
La idea del aquí y ahora, el aura benjaminiana, es fácil verla un poco manoseada. Se suele usar para poner de relieve todo aquello que está en proceso, en un presente presentísimo, si se permite la expresión.
En el caso de La mano que tacha, la obra de teatro que dirige Paula Banfi hay una recuperación de ese experiencia aurática pero no sólo desde un presente en proceso, sino también en términos de experiencia sensorial y teatral. Un aura ( sí, benjaminiana) que nos invita a vivir una edición en escena y participar de un encuentro íntimo y reflexivo.
Con textos de Luis Cano, la obra se centra en un tema no menor: la escritura y sus vaivenes en los cruces que se generan entre la mano que escribe y tacha, las ideas que nacen de la cabeza del escritor, sus personajes, experiencias, el mundo en el que vive y el mundo que crea.
Con muy buenas actuaciones de Mariano Kevorkian y Lola Banfi La Mano que tacha se desarrolla de manera gradual a paso firme. Tal vez por momentos puede ser un poco difícil mantener el hilo entre las situaciones narrativas, que son muchas, pero la musicalización en vivo a cargo de Sebastián Pandolfelli ayuda a recuperar climas y a movernos entre las idas y vueltas de los personajes.
La obra además tiene una pata audiovisual que ocupa un lugar preponderante en escena, a veces en demasía, ya que se come un poco a los actores. Igual hay que decir que el trabajo de Martín Rieznik es sublime y que es evidente que la directora puso en escena ciertas intencionalidades desde todos los flancos: actuación, música y lo audiovisual.
La mano que tacha es una obra que capta al espectador desde el comienzo hasta el final, generando una reflexión sobre los momentos que atraviesan a un escritor y que se abren a un mundo de fantasmas y verdades. Una escritura que se nos revela en una más que interesante y recomendada puesta teatral.
Ficha
La mano que tacha, de Paula Banfi, basada en textos de Luis Cano.
Con: Lola Banfi (actriz), Mariano Kevorkian (actor), Sebastián Pandolfelli (músico), Martín Rieznik (cineasta).
Dirección: Paula Banfi
El Excéntrico de la 18 Lerma 420, 1414 Villa Crespo.
Viernes de abril y mayo a las 22.
Reservas al 4772-6092.
Con pocas funciones, esta obra abre un nuevo panorama al tener invitados que se irán turnando para crear una escena diferente:
25 de abril: Santiago Grandone (músico)
9 de mayo: Diego Aleixo (fotógrafo)
Sinópsis:
Un escritor escribe: viaja por su propia cabeza. Las voces que lo habitan lo acompañan. Sus fantasmas también. Sus personajes. Y los ecos, las ideas, los reflejos. Las palabras. Los errores.
¿Edición en escena?
No se trata de una improvisación neta: todos los textos que aparecen en las funciones fueron escritos por Cano. La música, los sonidos, los personajes y las imágenes proyectadas surgieron de las lecturas y del universo del autor. La acción concreta es editar: recortar, ordenar, ocultar, subrayar, repetir, omitir, acomodar. Y esta edición es escénica, sucede en el tiempo y en el espacio de la obra. Profundizamos nuestra labor del aquí y ahora. Jugamos en vivo, mezclando lenguajes. Cada función es única. Como en todo viaje, hay infinitos caminos posibles.