El misterio de los 105 despertadores archivados en Tribunales
Entre la basura descartada en uno de los juzgados hallaron relojes con una antigüedad de casi 40 años, archivados en el marco de alguna causa que ni los trabajadores judiciales supieron indicar con claridad. Ahora se convirtieron en una instalación artística que busca la reflexión sobre cómo aprovechamos nuestras horas.
"Tempus Contritum" (tiempo roto, en latín) es el título de la obra que compartieron el juez Marcelo Aguinsky y el encargado de seguridad del lugar, Luis Gutiérrez, en las paredes del Juzgado Penal Económico 6 en Comodoro Py.
Entre los grises pasillos de la dependencia judicial, la cronista Agustina Larrea encontró la curiosa muestra inaugurada como si se tratara de una galería de arte, y reveló su investigación para Infobae.
Según contaron los autores, los 105 relojes tienen motivos del cómic belga Spirou fueron destruidos para que una vez descartados, nadie pudiera hacer usufructo de los objetos. Sin embargo, ningún empleado supo explicar si se trata de objetos secuestrados en alguna causa como pruebas.
La información recolectada dice que tienen alrededor de 40 años esperando una decisión de descarte definitiva, en una bolsa de consorcio de un juzgado vecino al de los autores de la obra.
"Un acta de 2016 señala que tanto los relojes como una serie de revistas consideradas "pornográficas" habían estado en el lugar, que tramita justamente causas ligadas a delitos económicos, posiblemente desde fines de los años 70. Pero no hay más rastros", relata Larrea.
Los despertadores, dicen los habitantes de estas oficinas, alguna vez hicieron retumbar sus campanillas desde las bolsas negras de basura, hasta ahora sin destino. Ahora, saludan desde la parte trasera de un mueble entre expedientes, escritorios, computadoras y hasta alguna máquina de escribir.
"¿En qué cree que se le fue el tiempo? ¿Cuál sería para usted el tiempo roto?", son algunas de las preguntas que los autores intentan generar a quien se disponga ante las 210 agujas detenidas. "El arte siempre es interrogante. Quizá sea una forma de hacer despertar al que pasa", le dice el magistrado detrás de la idea a la cronista..