Descubren un cuadro de Picasso que un jubilado regaló sin saberlo
Ocurrió en Italia cuando un hombre le regaló la tela Violin et bouteille de bass a un enmarcador que le arregló una foto de su esposa. Investigan si el jubilado era el dueño legal de la obra.
Hay historias en el mundo del arte que atrapan a la hora conocer cómo se recuperan obras que habían sido robadas o estaban desaparecidas.
Esta vez el Comando para la Tutela del Patrimonio de los Carabinieri, la policía militarizada italiana, dio con la tela Violin et bouteille de bass (de 54 por 45 centímetros) de Pablo Picasso y que está valuada en 15 millones de euros.
Según informa el diario El País "el general Mossa a cargo del operativo de rescate señaló que el anciano, cuya identidad se desconoce y que se acababa de quedar viudo, acudió en 1978 a un negocio para reparar un marco con la fotografía de su esposa. Al tratarse de un trabajo muy simple, el enmarcador no le quiso cobrar y el anciano, en señal de agradecimiento, le regaló una tela."
El hombre no sabía que estaba recibiendo un Picasso, y se cree que el anciano tampoco estaba al tanto. Durante 36 años el enmarcador tuvo una tela en su casa de manera descuidada sin saber que tenía valor millonario.
Tuvieron que pasar más de tres décadas para el hombre notara que la tela que tenía en su casa se parecía a una obra que había visto en un catálogo. Se dirigió a la casa de subastas Sotheby’s donde, efectivamente, comprobó que era de Picasso.
"Fue entonces cuando saltó la alarma, sobre todo porque el actual propietario trató de venderla por 1,4 millones de euros, un dineral de haberse tratado de una falsificación, pero una ganga de tratarse de un verdadero Picasso" señalaron en El País.
"Es absolutamente auténtico", asegura Mossa, quien mantiene el cuadro bajo secuestro a la espera de comprobar si la historia del enmarcador es tan auténtica como el cuadro o si en realidad la tela fue adquirida de manera ilegal.
El último mes de febrero se hallaron en una caja fuerte de Suiza un supuesto cuadro de Leonardo (el retrato de Isabella d’Est) que ni se sabía que existía. Hace un año también se localizaron dos cuadros de Gauguin y Bonnard robados en los setenta y que un jubilado de Sicilia tenía colgados en su cocina.