Clara Anich en Privado: "Siempre hay algo de la propia vida"
Universos- principal pero no únicamente- femeninos son los que se narran en estos trece cuentos en los que lo público y lo íntimo entran en los juegos del amor, la tragedia, la reflexión y los deseos.
Clara Anich nos tiene acostumbrados a una escritura potente de trazos que se entrelazan entre los pequeños detalles cotidianos e historias que ofrecen tramas sólidas.
"Privado", editado por Gárgola en la colección Laura Palmer no ha muerto, nos trae una serie de trece cuentos que, con ciertos altibajos, logran recrear esa estructura resistente e intrincada de historias que se mecen en los brazos de lo íntimo.
"Placares de muertos" aborda la problemática de la trata y los prejuicios que atraviesan las sexualidades; "El dador" abre la puerta a la aceptación de cómo concebir a un hijo siendo el deseo más anhelado; mientras que "Albúm de familia" se hunde de manera sutil en las genealogías familiares. "Tía" y "Katrina" (este último editado por primera vez en la antología 12 rounds. Cuentos de Boxeo) nos traen una escritura donde la atracción es lo que marca el ritmo y los tiempos.
"Servicio delivery" ofrece un respiro abriendo los textos hacia lo fantástico junto con "Negrita" que reflexiona sobre la violencia doméstica y el aval familiar. El cuento "Él, mi taxi boy" traza implícitos que ofrecen una lectura rica y llena de imágenes.
Intercambiamos unas preguntas y respuestas con Clara Anich que nos cuenta cómo nació "Privado".
- ¿Cómo surgió el proyecto de reunir estos cuentos? ¿Los fuiste escribiendo pensados en conjunto? ¿O las relaciones de lo “íntimo” entre ellos se fueron dando de manera casual y te generaron un cuerpo de textos concreto y vinculado?
Clara Anich (CA)- El conjunto se armó a posteriori. Al ser mi primer libro de cuentos evalué todo lo que había escrito a lo largo de los años. De a poco fui armando el libro, su contextura. Eso me permitió dejar varios afuera y encontrarle huecos que posibilitaran nuevos textos.
- Pero entonces ¿Hay cuentos recientes?
CA- Hay de todo. Alguno de los comienzos, otros más cercanos al teatro y otros recientes.
- Muchos de los textos son breves y lo primero que pensé fue la posibilidad de llevarlos a lo oral. ¿Incide tu trabajo en el ciclo de lecturas de Alejandría a la hora de escribir un cuento? ¿Los pensás en términos de temporalidad de lectura?
CA-Más que el ciclo, incide el teatro. Creo que en varios cuentos hay una fuerte incidencia de la escritura teatral. De hecho “Canutillos blancos” empezó siendo un monólogo y encontró su forma bastante después.
- Lo privado, los prejuicios, los secretos siempre funcionan como un imán que atrae ¿cómo nacieron estas historias? ¿Qué o quiénes te inspiraron para escribirlas?
CA-Siempre hay algo de la propia vida. Eso está ahí, un poco más visible o un poco más oculto creo escribo desde mí. Podríamos reversionar la frase de Unamuno “Hablo de mí porque es el hombre que tengo más a mano".
- El cuento “Servicio delivery” rompe un poco con el resto, si bien el mundo de lo “privado” está presente también hay un espacio para lo fantástico ¿cómo surgió ese texto?
CA- Es verdad. Ese cuento surgió de pensar la frase del aviso. Qué pediría alguien que lee un aviso clasificado que dice “Todo. Absolutamente todo lo que quieras, en la puerta de tu casa”.
- “Él, mi taxi boy” es un texto en el que hablás de la complementariedad del amor, una cualidad que se esparce a lo largo de tu escritura al pensar en las relaciones humanas. El amor es uno de los grandes ejes que recorren el libro… ¿Qué otros ejes marcarías?
CA-Yo ubico el deseo y la familia. Probablemente se puedan encontrar otros.
- Si no hubieras podido llamar a tu libro “Privado” ¿Qué otro título hubieras elegido?
CA-“La noche culpable”, es un verso de “La Condesa Sangrienta” de Pizarnik.
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Clara Anich, Privado, cuentos.
Gárgola, 2014 128 p.