Masacre en Ituzaingó: una mujer apuñaló a sus hijos y mató al de 2 años
"Me mandé una cagada", fue la frase que dijo Flavia a un amigo tras llamarlo por teléfono, pasado el mediodía del miércoles: con un cuchillo, había asesinado a su hijo menor y herido a los otros dos.
Una mujer a la que sólo se identificó como Flavia, quedó detenida en la tarde del miércoles, acusada de haber degollado a su hijo de 2 años y de herir gravemente a otros dos de 11 y 14 años.
El hecho ocurrió en una vivienda situada en Martín Rodríguez y Juan de Ayolas, en la localidad de Ituzaingó, en el oeste del conurbano, y fue descubierto por la policía que ingresó a la casa junto a la vecina que había llamado al 911 luego de que la llamara la abuela de las víctimas.
"La abuela, que vive en Claypole, me llama alrededor del mediodía y me dice que vaya a ver a la casa porque uno de los chicos estaba muerto. Yo no me animaba a entrar porque no sabía si ella estaba lúcida ni si me iba a atacar", relató Cecilia, la mujer que hizo la denuncia.
Cecilia narró que al ingresar a la vivienda, el chico de 11 años yacía en el piso con un corte en el cuello y a otro, el de 5, estaba bien.
"Ella estaba en la otra habitación con el nene más grande (de 14 años) y el más chiquito (de 2) estaba degollado y ella lo tenía en brazos. Estaba fría la criatura, así que (el crimen) habrá sido por la mañana o por la noche", sostuvo Cecilia.
La testigo dijo que, de acuerdo a lo que vio en la casa, la mujer podría haber drogado a sus hijos y haberlos apuñalado cuando ya estaban dormidos, porque estaban como "idos", dijo.
De acuerdo con el relato de Cecilia, la madre asesina trabajaba en la Municipalidad de Ituzaingó y "habitualmente le pegaba a las criaturas" porque se escuchaban gritos.
Una fuente de la investigación informó a Minutouno.com que el exmarido de Flavia había estado el martes en la vivienda familiar y acusado a la mujer de "drogar" a los chicos.
Según la fuente, la mujer, que practicaba la religión umbanda, y su exmarido siguieron con las discusiones por teléfono unas horas más hasta que en la mañana del miércoles ella llamó a un amigo para confesarle: "Me mandé una cagada..."