Plantean la existencia de un "Universo espejo", en el que el tiempo fluye al revés
Los investigadores determinaron que “existe otro Universo al otro lado del Big Bang en el que la dirección en la que se percibe el tiempo es opuesta a la nuestra”. El primer estudio al respecto fue publicado en 2014, y recientemente dos físicos han llegado a las mismas conclusiones.
Dos equipos de investigadores plantean la existencia de un “Universo espejo”, que pudo haber sido creado en el Big Bang hace 13 mil millones de años y en el que el tiempo se mueve exactamente al contrario que en nuestro Universo, es decir, de atrás hacia adelante.
Se trata de un Universo en el que el tiempo fluye desde el futuro hacia el pasado, aunque esto sería una cuestión de perspectiva. "El tiempo no es algo preexistente”, explicó Julian Barbour, de la Universidad de Oxford, a la revista Quartz, y añadió: “Debemos deducir su dirección y su flujo a partir de lo que sucede en el Universo; cuando lo vemos de esa forma, resulta natural decir que el tiempo empieza en un punto original y fluye en direcciones opuestas".
Los físicos llevan peleándose desde hace décadas con el hecho de que ninguna de las leyes fundamentales de la Física dejaría de funcionar si el tiempo fluyera al revés de como lo hace. Y nada indica, además, que haya una ley que obligue a que el tiempo fluya en una dirección concreta.
Ya en 1927, el astrofísico británico Arthur Eddington propuso la existencia de una "flecha del tiempo" que actúa como una propiedad fundamental de una rama de la física llamada Termodinámica, cuya Segunda Ley establece que en un sistema aislado (como nuestro Universo), el desorden, o entropía, tiende siempre a incrementarse, por lo que, independientemente de si la flecha del tiempo se mueve hacia atrás o hacia delante, las cosas marcharán siempre hacia un estado cada vez mayor de desorden, o entropía.
Julian Barbour y sus colegas publicaron a finales de 2014 un estudio en el que proponían que esa flecha del tiempo podría estar gobernada por la Gravedad, y no por la Termodinámica. El artículo se publicó en Physical Review Letters y describía una simulación informática llevada a cabo en un "pequeño Universo" de solo 1.000 partículas, todas ellas gobernadas por las leyes de la gravitación de Newton.
Los investigadores descubrieron que, gracias a la gravedad, las partículas podían expandirse en varias direcciones, lo que significa que el tiempo podía moverse en ambas direcciones, tanto hacia atrás como hacia delante, en un Multiverso en el que ambos flujos temporales eran igual de posibles.
"Se trata de algo sencillo, comienzas en un punto central en el que el movimiento es caótico, como en el concepto griego de caos primordial, pero entonces empiezan a formarse estructuras en ambas direcciones”, afirmó Barbour en su estudio, y agregó: “Si la teoría es correcta, entonces existe otro Universo al otro lado del Big Bang en el que la dirección en la que se percibe el tiempo es opuesta a la nuestra".
Recientemente, los físicos Sean Carrol, del Instituto de Tecnología de California; y Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), han llegado a las mismas conclusiones aplicando un modelo de partículas diferente. Los investigadores crearon una nube finita de partículas y la pusieron en un hipotético Universo infinito, y comprobaron cómo enseguida emergieron de forma espontánea dos flechas temporales diferentes.
La mitad de las partículas se movió hacia delante, aumentando su entropía, mientras que la otra mitad se agrupó en el centro de la nube, disminuyendo su entropía, antes de empezar a moverse y a evolucionar justo en la dirección contraria.
Para los investigadores, esa región central de baja entropía describe a la perfección el Big Bang, y resuelve además la cuestión de que no existió ningún "principio de los tiempos", sino solo el estado más bajo de caos, a partir del cual pudieron surgir dos Universos con flechas temporales opuestas. Aunque no hay que hacerse ilusiones, ya que cualquier clase de comunicación entre ambos Universos es del todo imposible.
Fuente: Big Think y ABC