"Todo el teléfono se derritió. El plástico, el vidrio... ni siquiera parece que fuera un teléfono", explicó el padre, Thomas Tolfre, de la niña que se pegó un buen susto mientras dormía.

Ariel Tolfree, una adolescente de 13 años estadounidense estaba durmiendo en su cuarto con un smartphone (teléfono inteligente) debajo de la almohada cuando se despertó por el olor a quemado que comenzó a sentir. La práctica de dormir con el teléfono tan cerca de la cabeza no es tan extraña entre jóvenes y adultos.

Así quedó el "teléfono inteligente"

El teléfono no tenía la batería original que viene de fábrica, sino otra que el padre le compró e instaló. Esa fue la parte del equipo que se sobrecalentó, se hinchó y se prendió fuego, según informaron varios medios.


En febrero pasado, otra joven estadounidense del estado de Maine de 13 años debió ser hospitalizada después de que su iPhone le estallara mientras lo llevaba en el bolsillo del pantalón.